Las estaciones de tren son un lugar que me gusta para hacer fotografías, aunque si te ven los vigilantes te ponen muchas pegas. Son unos lugares que cuentan muchas historias, tristes de despedidas o alegres de reencuentros. Las tres primeras fotos están hechas con la primera canon que tuve, una 350 y las dos últimas con una Fuji Finepix S602.