(por la temática, no porque sea buena). En la Catedral de Santiago se pueden hacer muy buenas fotos, lástima que ahora siempre hay tanta gente que yo ya he perdido el interés por entrar a ella a fotografiar. Las miradas en esta ocasión, como bien destacas en el título, lo son todo.
X no decir los bancos horrendos q han puesto en Santiago. A quien se le habrá ocurrido.La fotografía es muy buena, la podría haber hecho yo
Un saludo,
Sí, lo del mobiliario es para hacérselo mirar, pero bueno, como digo hace mucho que ya no entro a la Catedral, y menos ahora en verano que está Santiago lleno de turistas, de hecho en verano suelo aparcar la cámara porque el perfil de la gente que encuentro en Santiago no me merece la pena.
¡Desde luego que la podrías haber hecho tú! ¡Y también por buena!La fotografía es muy buena, la podría haber hecho yo
Un saludo,
Precisamente cuando la estaba editando me acordé de ti, siendo Santiago. La verdad es que ni recordaba haber hecho la foto (cuando no son fotos que vaya a utilizar en un reportaje a veces caen en el olvido hasta que repaso las imágenes y rescato alguna), pero ahora al revisarla me llamaron la atención los dos personajes, cada uno a lo suyo. Al señor lo “impliqué” involuntariamente en la foto, porque al verme acabó interactuando conmigo. ¡Muchas gracias por tu comentario, Manuel! Gracias, compañero. El rango dinámico de la D750 ayudó en esta situación un tanto complicada, porque no era fácil evitar que las luces altas que entran por el fondo se quemaran. Aún así, están algo “reventadas”, pero creo que era inevitable. A mí también me gusta cuando las imágenes nos hacen imaginar historias sobre sus protagonistas
Fue un descarte en su momento porque el motivo del viaje a Santiago era otro, y mi mente y mi mirada suelen ir “enfocadas” a lo profesional, aunque en algún momento “detecte” otras instantáneas que me interesan más para un tipo de fotografía más personal. Sucede que al llegar a casa, con la urgencia de entregar las fotos para los reportajes más profesionales, algunas imágenes caen en el olvido hasta que, en algún momento, como ha pasado con esta foto, las veo por casualidad y las rescato.
Madre mía, 15.000 fotos sin revisar, y yo me agobio cuando tengo un par de carretes o unas decenas de fotos por revisar. Claro está que tú cuando no estás de viaje entiendo que tienes tiempo para seguir revisando fotos, que también es trabajo y seguro que algunas o muchas las aprovecharás para algún proyecto.Fue un descarte en su momento porque el motivo del viaje a Santiago era otro, y mi mente y mi mirada suelen ir “enfocadas” a lo profesional, aunque en algún momento “detecte” otras instantáneas que me interesan más para un tipo de fotografía más personal. Sucede que al llegar a casa, con la urgencia de entregar las fotos para los reportajes más profesionales, algunas imágenes caen en el olvido hasta que, en algún momento, como ha pasado con esta foto, las veo por casualidad y las rescato.
Ahora mismo tengo en mi catálogo más de 30.000 fotos. Creo que más de la mitad están pendientes de revisar, así que tengo material pendiente para ir rescatando durante unos años
Respecto a la catedral, recuerdo que me gustó el trabajo de restauración que se llevó a cabo con el templo (soy historiador del arte de formación, aunque no ejerzo), pero el tema de mobiliario es cosa aparte, por desgracia. Sobre los visitantes, es cierto que cambia mucho en los meses de verano. Si no me falla la memoria, en esa ocasión era el mes de mayo de 2018.
Después he regresado una vez más, en plena pandemia (junio de 2021), aunque ya se habían levantado bastantes restricciones (de hecho fue con motivo de otro viaje, después de realizar el Camino en velero, que se acababa de aceptar oficialmente para conseguir la Compostela). De aquel otro viaje traje alguna foto, pero las omnipresentes mascarillas hacían muy complicado conseguir imágenes vistosas. Así que ojalá pueda visitar pronto la ciudad, y si es posible nos vemos aunque sea un ratito, Manuel ;-)
Saludos
Cuando no estoy de viaje normalmente estoy escribiendo reportajes pendientes y editando fotos para ilustrar esos temas. Como también vendo fotos para Getty Images, me toca también ir procesando fotografías para la colección editorial de la agencia.
He aprendido a no agobiarme con ese síndrome de Diógenes fotográfico involuntario, es inevitable. Si llego a jubilarme algún día, ya tendré material para revisar :-D