¡Ay mísero de mí y ay infelice! Apurar cielos pretendo ya que me tratáis así qué delito cometí contra vosotros naciendo aunque si nací ya entiendo qué delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor pues el delito mayor del hombre es haber nacido. Sólo quisiera saber para apurar mis desvelos (dejando a una parte, cielos, el delito de nacer) qué más os pude ofender para castigarme más. ¿No nacieron los demás? Pues si los demás nacieron ¿qué privilegios tuvieron qué yo no gocé jamás?.