Todo de bueno para arriba, el encuadre milimétrico, y sobre todo equilibrar dos iluminaciones tan disímiles y al tiempo conservar la visualidad en ambas.
Y la puesta del negocio, que es una pinturita, con los cableados siguiendo el cartel y haciendo onda a la par.
Cuando voy a Rosario, a orilla del Paraná, me junto con una amiga a tomar cafés en "Pan y Manteca"
Un abrazo Adolfo