David Beut
Fujista de renombre
Hace un mes me dispuse a “resucitar” la cámara con la que hice mis primeras fotos teniendo bastos conocimientos de fotografía, una Minolta XG1 comprada por mi extraordinario padre, y que le fue recomendada por un fotoperiodista de “El País”.
Comprar un carrete, hacer un “flashback” par recordar cómo funciona esas cámaras y disparar, fue lo siguiente.
Resultados: falta de espontaneidad, pérdida de capturas, rigidez en mi comportamiento fotografiando y lo que es peor; un Coitus interruptus al no poder finalizar “ lo analógico”, me explico.
Descubrí la magia de la fotografía cuando por primera vez sumergí un papel fotográfico en revelador y vi cómo esa imagen que capturé se convertía en “real” No tengo palabras para descubrir esa sensación, hay que hacerlo para poder entenderlo.
Nada parecido sentí cuando después de haber disparado los 36 fotogramas pedí que fueran escaneadas, y una vez digitalizadas, las edité. Para mí, esto no es fotografía analogía y los que la practiquen de este modo se están perdiendo la magia que envuelve lo tangible y mágico. El laboratorio y la luz roja, es magia, y conoces la magia o no la conoces.
Veo últimamente tanto en el foro, como fuera de este, cierta tendencia a lo analógico, pero me pregunto cuántas de estas personas sufren ese “Coitus interruptus” por desconocer o no practicar en profundidad lo analógico. Sumergir el papel en revelador y, ver cómo surge la magia, envuelto en una luz roja y el inolvidable olor a fijador.
No creo que en la actualidad no se pueda emular el mismo acabado que lo analógico con los múltiples editores de fotografía que existen, por lo que, en mi caso, si no dispongo del laboratorio que vendí por 50, míseros euros, y por una mudanza, me remitiría a un cierto disfrute, pero sería como un “Ruined Orgasm” por no poder culminar, y no poder llevar ese analógico a full.
Os lanzo preguntas:
¿Cuánto tiene de postureo el mundo de la fotografía analógica?
Vistas en un móvil u online, ¿sabría el cliente de una boda, por ejemplo, si es analógico o digital si editamos el acabado?
Salud y bienestar para todo@s
Comprar un carrete, hacer un “flashback” par recordar cómo funciona esas cámaras y disparar, fue lo siguiente.
Resultados: falta de espontaneidad, pérdida de capturas, rigidez en mi comportamiento fotografiando y lo que es peor; un Coitus interruptus al no poder finalizar “ lo analógico”, me explico.
Descubrí la magia de la fotografía cuando por primera vez sumergí un papel fotográfico en revelador y vi cómo esa imagen que capturé se convertía en “real” No tengo palabras para descubrir esa sensación, hay que hacerlo para poder entenderlo.
Nada parecido sentí cuando después de haber disparado los 36 fotogramas pedí que fueran escaneadas, y una vez digitalizadas, las edité. Para mí, esto no es fotografía analogía y los que la practiquen de este modo se están perdiendo la magia que envuelve lo tangible y mágico. El laboratorio y la luz roja, es magia, y conoces la magia o no la conoces.
Veo últimamente tanto en el foro, como fuera de este, cierta tendencia a lo analógico, pero me pregunto cuántas de estas personas sufren ese “Coitus interruptus” por desconocer o no practicar en profundidad lo analógico. Sumergir el papel en revelador y, ver cómo surge la magia, envuelto en una luz roja y el inolvidable olor a fijador.
No creo que en la actualidad no se pueda emular el mismo acabado que lo analógico con los múltiples editores de fotografía que existen, por lo que, en mi caso, si no dispongo del laboratorio que vendí por 50, míseros euros, y por una mudanza, me remitiría a un cierto disfrute, pero sería como un “Ruined Orgasm” por no poder culminar, y no poder llevar ese analógico a full.
Os lanzo preguntas:
¿Cuánto tiene de postureo el mundo de la fotografía analógica?
Vistas en un móvil u online, ¿sabría el cliente de una boda, por ejemplo, si es analógico o digital si editamos el acabado?
Salud y bienestar para todo@s