Aunque pueda parecer que alguien que aparezca de fondo rompe la escena y la fuerza de la persona principal, no siempre es así. En esta foto, curiosamente, la fuerza la tiene la mirada de la mujer. Con la única y llamativa expresión del hombre, se convertiría en un robado sin más, que guste más o guste menos (eso ya queda a la opción del que la observa). La mirada desenfocada, pero poderosa, mucho más que el gesto del personaje en primer plano, da ese toque genial a la imagen. Un bokeh bien logrado marca la diferencia entre una foto normal y una buena foto.
Es una mirada llena de fuerza, perfectamente ubicada, en un plano superior dominando la escena.
A mi gusto, es una imagen perfecta, difícil de entender para mucha gente, pero artísticamente perfecta. Enhorabuena!