La garita

Una de las garitas del fuerte de Puntales, que protegía la ciudad de Cádiz desde Extramuros (en Cádiz, extramuros es fuera de la gran muralla que protegía a la ciudad, de la que se conserva aún gran parte, dando entrada a la zona histórica de la ciudad, a través de las Puertas de Tierra.) Las tropas y los voluntarios que lucharon desde esta fortificación fueron, en gran parte, los responsables de que los franceses no consiguieran entrar en la ciudad de Cádiz. A mí me ha gustado el contraste de la antigua garita frente a la moderna barriada. Y la perenne presencia de las barquillas, que no son ni de antes, ni de ahora; las barquillas son... simplemente Cádiz.
Por cierto, hoy día aún sigue manteniendo esta fortificación el uso militar.

Garita by Eduardo Valiente, en Flickr
 
No la acabo de ver atractiva, esos matojos la afean bastante y en cuanto al procesado creo que necesita una vuelta de tuerca, ha quedado muy plana y falta de tonos y contraste.
 
Creo que Fran ha hecho una critica muy acertada
Saludos
 
De acuerdo en lo que respecta al procesado. En cuanto a la otra cuestión, me surge una pregunta. Como digo al comienzo, se trata de una fortificación militar, aún con usos militares hoy día. La foto está tomada en un día que tienen jornada de puertas abiertas, en la que, como entenderéis, te permiten fotografiar en determinadas zonas solamente. El lugar fotografiado es una pequeña terraza donde sólo te permiten fotografiar desde ese sitio. Evidentemente la garita ya está en desuso, y ahí debe subir hasta poca gente, de ahí el estado que tiene. Os garantizo que sólo se podía encuadrar desde ese lugar. La alternativa era o hacer la foto con el arbusto, o no hacerla. Opté por lo segundo, ya que la imagen de la garita contrastada con los edificios de la barriada me gustaba. La pregunta es: ¿es preferible en estos casos no fotografiar, ya que se entiende a priori que ese elemento va a restar a la toma en general?
(No me digáis que el arbusto se puede clonar, porque esa clonación escapa a mis conocimientos de Photoshop)
Por otro lado, yo pensaba que el contraste entre lo antiguo de la garita, y lo nuevo de las edificaciones se veía potenciado por el elemento arbusto, que incidía en lo antiguo y abandonado. Ya veo que no es así.
El sol se estaba poniendo en ese momento justo por detrás de la garita, así que supongo que los reflejos del contraluz son los que provocan esa ausencia de tonos y contraste.
Por cierto, me disponía a hacer un contraluz clásico, de tal forma que sólo se siluetease la garita, cuando nos dijeron que teníamos que salir de allí, porque el acto comenzaba, y me quedé con las ganas.
 
FotoPrecios mínimos históricos de hoy.
Me limito a comentar la foto, y sigo pensando lo mismo que he dicho antes, como recuerdo de cuando estuviste allí puede valer, pero a nivel estético y puramente fotográfico me parece muy pobre. Aunque como siempre se ha dicho, para gustos colores.
 
Sin entrar a valorar, que si el contraste etc, clonar? De eso nada aun que se te escape como dices, has fotografiado lo que habia y punto y eso me parece correcto. Ademas veras como con el tiempo la fotografia mejora, pasa como con el vino, dejala tal cual la has interretado que guste mas menos no importa además tu eres el artista
Saludos
 
Conste que no pongo en cuestión vuestras apreciaciones, ni mucho menos; todo lo contrario. Son las que me hacen reflexionar y mejorar cada día como fotógrafo. Si algo he aprendido en los cuarenta y tantos años de tablas que llevo a mis espaldas, y en los treinta largos que llevo dirigiendo teatro, es que no siempre tiene por qué coincidir la historia que pretendes contar con la que llega al público. Cuántas veces ha apostado que en determinado momento el público se partiría de risa, y no ha sido así, tan sólo sonrisas, y, sin embargo, en un momento determinado que no controlas, el público para el espectáculo a base de carcajadas continuas. Es entonces cuando el creador tiene que analizar qué códigos son los que producen esta reacción, para aprender a controlarlos. Con los años va uno afinando, de tal forma que la técnica se pone al servicio del poco o mucho talento que uno no pueda tener. En teatro, con los años, ya voy afinando bastante, pero en esto de la fotografía, en la que llevo escasos cuatro años, y a la que llegué porque mi mujer y mi hija, hartas de soportarme tras una delicada operación a la que fui sometido, que me tuvo tres meses en el hospital y un año en silla de ruedas, me regalaron una cámara, a ver si conseguían que me entretuviese con algo. Y lo lograron. Vaya que si lo lograron. Me dotaron de un instrumento nuevo para exorcizar los fantasmas de mi mente. Lo que sucede es que aún no conozco todos los conjuros para ayudarlos a salir. Y ahí entráis vosotros, enseñándome los procedimientos.
 
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