Buen blanco y negro y me gusta comprobar que aunque las reglas están para romperlas, en este caso la regla de los tercios ha funcionado perfectamente. El el horizonte y el barco esta donde tiene que estar y mirando para donde tiene que mirar (regla de la mirada).
Aparte, para mi, tiene un plus especial, me recuerda mis años de juventud por esas tierras. Esa cala en concreto era de mis preferidas.