Poética, realmente, en el mejor de los sentidos: un arte y una sensibilidad sobresalientes. Hay contraste fuerte y la vez luces suaves; color intenso y tonos tenues; zonas de texturas nítidas y desenfoques extremos. Lo tiene todo. Además de un concepto y un planteamiento original y evocador. De lo mejorcito que he visto en los últimos tiempos (y aquí en Fujistas hay mucho nivel). Me quito el sombrero, Maestro Saporosky.