La verdad es que no sé por qué se empeñaron los relojeros en escribir en sus relojes esta expresión (Tempus fugit). Escamotearon el adverbio fundamental que sí escribió Publio Virgilio Marón, (irreparabile), pues lo malo del tiempo que huye no es que huya, sino que eso lo hace de forma irreparable...
En esto pensaba el otro día delante del Hostal de San Marcos de León...
En esto pensaba el otro día delante del Hostal de San Marcos de León...
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