Hace dos semanas me fui de viaje a Marrakech con mi mujer, para desconectar. Me llevé la X-T1 y el 35mm 1.4. Nada más. Ni trípode, ni ninguna otra lente (tampoco es que tenga muchas más). Disfruté mucho haciendo fotos y conociendo gente.
Desde que planee el viaje quería hacer una foto de la famosa plaza Jemaa El Fna, con el minarete de fondo durante una puesta de sol. Y reflejar toda la actividad de la plaza, los colores que los diferentes puestos de comida, etc.
Una de las tardes me senté en una terraza hacia las 16:45 de la tarde, pedí un té de menta y esperé a que se hiciera de noche. Después de unos cuantos disparos durante toda la puesta del sol, esta es la foto que más me ha gustado. A ver que os parece.
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Esta otra fue al día siguiente por la mañana, caminando por los zocos cuando todavía no habían abierto las tiendas y estaba saliendo el sol. Buscando las primeras luces me encontré con este saharaui. Me pregunto de dónde era y me invitó a tomar un té dentro de su tienda a cambio de compartir un rato hablando. Yo acepté encantado. Tomé té con sus hijos, que no quisieron salir en la foto.
En esta sí que eche de menos una focal más corta, ya que el espacio era muy reducido... pero hay que adaptarse a lo que hay.
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Son una gente excepcional, ya tengo ganas de volver y conocer más. A ver si en abril cae una ruta por el desierto cruzando el Atlas desde Marrakech...
Criticad, criticad y criticad!!
Saludos familia.
Desde que planee el viaje quería hacer una foto de la famosa plaza Jemaa El Fna, con el minarete de fondo durante una puesta de sol. Y reflejar toda la actividad de la plaza, los colores que los diferentes puestos de comida, etc.
Una de las tardes me senté en una terraza hacia las 16:45 de la tarde, pedí un té de menta y esperé a que se hiciera de noche. Después de unos cuantos disparos durante toda la puesta del sol, esta es la foto que más me ha gustado. A ver que os parece.
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Esta otra fue al día siguiente por la mañana, caminando por los zocos cuando todavía no habían abierto las tiendas y estaba saliendo el sol. Buscando las primeras luces me encontré con este saharaui. Me pregunto de dónde era y me invitó a tomar un té dentro de su tienda a cambio de compartir un rato hablando. Yo acepté encantado. Tomé té con sus hijos, que no quisieron salir en la foto.
En esta sí que eche de menos una focal más corta, ya que el espacio era muy reducido... pero hay que adaptarse a lo que hay.
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Son una gente excepcional, ya tengo ganas de volver y conocer más. A ver si en abril cae una ruta por el desierto cruzando el Atlas desde Marrakech...
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