Salí a tomar el té con mi Kurono.
Ella puso las curvas, yo puse la infusión.
Hay algo hipnótico en esas curvas brillantes, los anillos mágicos y el silencio que traen unas buenas hojas.
Un momento raro de paz: sin juguetes, sin ruido, sin manitas intentando “ayudar”. Solo yo, té y tiempo.
Ella puso las curvas, yo puse la infusión.

Hay algo hipnótico en esas curvas brillantes, los anillos mágicos y el silencio que traen unas buenas hojas.
Un momento raro de paz: sin juguetes, sin ruido, sin manitas intentando “ayudar”. Solo yo, té y tiempo.