Clitia y su admiración eterna

Clitia era una ninfa enamorada del dios Helios (El sol), ella lo admiraba desde que aparecía por el este y se marchaba por el oeste. Después de un desencuentro amoroso de Helios a causa de los celos de Clitia, este la desprecio por la eternidad. Ante este desprecio Clitia murió de pena, convirtiéndose en un girasol que seguía al sol allá donde fuera, dejándonos a los mortales el símbolo de la admiración eterna, el girasol.

Fujifilm XT3 + Samyang 12mm f2

 
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