Bueno… ladrillo ladrillo la verdad es que si, las Konica Autoreflex lo son (tengo la T, la primera, menudo tanque). Y ladrillos de la mejor arcilla, bien cocidos. Y encima con algunas de las ópticas más respetables, a la vista está.
Otra cosa es que incluso los buenos ladrillos hay que saber colocarlos. Y si no eres buen albañil… no hay nada que hacer (que por ahí van tus tiros, ya lo sé).
Pero yo lo digo porque siempre se elogian aquí -no sin razón- las Nikon FM, Pentax ME, Olympus OM, etc., pero es de justicia recordar esta saga que, por cierto, fue pionera en algunas cosas que luego incorporaron otras marcas.
Y cada modelo que ponían en el mercado, era un buen “puñetazo sobre la mesa” (entre otras cosas por esa construcción a prueba de bombas).
Muchos profesionales lo atestiguaron durante décadas.
Yo compré la mía a uno de ellos, muchos años después de que se hubiera jubilado. Pues eso, las Autoreflex no hay quien las jubile.
Yo me sorprendí mucho cuando revelé el primer carrete.
Las conoce muy bien Manolo Portillo. Esta es su reseña precisamente de la T3:
Konica Autoreflex T3 una de las más completas cámaras de su época