Yo creo que es como todo, personal e intransferible.
A mi me enganchó la X-E2 con fijos manuales “viejunos”, me envenenó la T1 al permitirme enfocar mejor con ellos, con su visor que casi hace innecesaria otra ayuda. Y terminé como me pasó antes con las Samsung Nx (la Nx30 en concreto, un modelo muy redondo, completo y pequeño), usando ambos mundos, los manuales con adaptador y ópticas del sistema, poco a poco ampliadas hasta tener para elegir según la ocasión.
Ahora estoy, como decía la niña del anuncio de pizzas, “in love” con la T4. Pensaba que preferiría las pantallas tipo T3/5 porque, sí, para callejear son discretas. Pero ya cogí la costumbre de usar la desplegables y aprendí a camuflarlas en la mano izquierda mientras encuadro. Y me gusta girarla del todo hacia dentro.
Cuanto más la uso, más me gusta. Al usarla y al ver las fotos luego.
El estabilizador me viene de perlas, para los objetivos fijos manuales y los de Fuji/Sigma/Samyang AF.
Tengo mal pulso y uso la cámara muchas veces con luz escasa, buscando contraluces o en interiores y calles a horas poco luminosas, en viajes.
Y me he deshecho de un amor que lo fue intenso, como la Nikon D700 y varios objetivos buenos, para hacerme con la T4 sin desprenderme de la T1. Porque me sigue gustando y, aunque de momento la niña nueva no deja tiempo a la “abuelilla”, sé que la usaré antes o después, aunque sea por cariño y por feeling.
Para mí esto es mucho más pasional que práctico. Me importa el resultado pero me importa más disfrutar (por algo
@jotae que me conoce hace rato y me ha visto muchas veces en posturas imposibles buscando la foto, me llama disfrutón).
Así que
@Vir RG , sin ser yo quién para aconsejar a nadie, te digo que hagas caso a las visceras
(Y disculpa la chapa)