Abro hilo para que cada cual exponga sus modos, maneras, reflexiones, interpretaciones y motivaciones para esta afición por la fotografía.
Comienzo:
Mi pasión por la fotografía comienza con la impotencia de expresar o reflejar en un papel o lienzo, a través de la pintura o el dibujo, lo que me emociona de cuanto me rodea o siento. Y el término "fotografía" lo entiendo, entonces, como "pintar con la luz", algo que la fotografía analógica ha venido a completar y mejorar más allá del cuarto oscuro y la química, a través del visionado directo en pantalla, como una ventana en la que poder jugar con los colores, las luces, las sombras, la composición... hasta recrear una visión personalísima del entorno.
Soy eminentemente paisajista, pero tanto de amplios horizontes panorámicos como de otros mucho más cercanos en los que la propia naturaleza me ofrece sus composiciones que descubrir y componer a mi gusto y antojo hasta dar forma a una idea. De ahí que el paseo sea algo consustancial con la afición y el fotosenderismo adquiera su razón de ser con ella. Un buen ejemplo de ese horizonte cercano que menciono lo podéis ver en esta fotografía que he titulado "El baño de las sirenas", una abstracción muy habitual en mis búsquedas, en la que es la propia naturaleza la pintora o escultora y deja a la casualidad o la fortuna del hallazgo el sentimiento de gozo que produce el hallazgo de una perla o un diamante en bruto que pulir con esa mirada selectiva del observador afortunado.
Los procesos de la imagen vienen a ser una interpretación de la realidad tal y como la percibo y siento y tal como me emociona. Pero lo que realmente me emociona de esta "caza incruenta" fotográfica es el gozo de compartir la felicidad por el hallazgo del lugar y el momento. Por eso mismo disfruto tanto con esa caza, sea mía o de otros en cuya piel me meto procurando sentir ese mismo gozo que, sin duda, han experimentado. Por eso me gusta hablar de la fotografía como "el privilegio de la mirada compartida".
20190711DSCF3293rp by Enrique Iborra, en Flickr
Comienzo:
Mi pasión por la fotografía comienza con la impotencia de expresar o reflejar en un papel o lienzo, a través de la pintura o el dibujo, lo que me emociona de cuanto me rodea o siento. Y el término "fotografía" lo entiendo, entonces, como "pintar con la luz", algo que la fotografía analógica ha venido a completar y mejorar más allá del cuarto oscuro y la química, a través del visionado directo en pantalla, como una ventana en la que poder jugar con los colores, las luces, las sombras, la composición... hasta recrear una visión personalísima del entorno.
Soy eminentemente paisajista, pero tanto de amplios horizontes panorámicos como de otros mucho más cercanos en los que la propia naturaleza me ofrece sus composiciones que descubrir y componer a mi gusto y antojo hasta dar forma a una idea. De ahí que el paseo sea algo consustancial con la afición y el fotosenderismo adquiera su razón de ser con ella. Un buen ejemplo de ese horizonte cercano que menciono lo podéis ver en esta fotografía que he titulado "El baño de las sirenas", una abstracción muy habitual en mis búsquedas, en la que es la propia naturaleza la pintora o escultora y deja a la casualidad o la fortuna del hallazgo el sentimiento de gozo que produce el hallazgo de una perla o un diamante en bruto que pulir con esa mirada selectiva del observador afortunado.
Los procesos de la imagen vienen a ser una interpretación de la realidad tal y como la percibo y siento y tal como me emociona. Pero lo que realmente me emociona de esta "caza incruenta" fotográfica es el gozo de compartir la felicidad por el hallazgo del lugar y el momento. Por eso mismo disfruto tanto con esa caza, sea mía o de otros en cuya piel me meto procurando sentir ese mismo gozo que, sin duda, han experimentado. Por eso me gusta hablar de la fotografía como "el privilegio de la mirada compartida".
20190711DSCF3293rp by Enrique Iborra, en Flickr