Impresiones sobre la Fuji X-T1 y fotografía de naturaleza por Francisco Brioso

Francisco Brioso, Guadalajara. Webs: francistajo y fotodeclic.

Estas son las impresiones que me ha dejado la Fujifilm X-T1 tras someterla a unas jornadas de fotografía de naturaleza.

Ya tenía ganas de tener entre las manos una cámara con lo mejor de los dos mundos, las «sin espejo» y las réflex. Lo primero que me gustó, fue lo ligera que es, los acertados controles y su disposición. Habrá partidarios y detractores, pero a mí, particularmente que vengo de sistemas más pesados, réflex y medio formato, tenía ganas de manejarme con este tipo de cámaras. Para los no acostumbrados a esta disposición de diales, son clásicos, recomiendo que merece la pena dedicarles un tiempo al aprendizaje. Cambia y mucho, para mejor.

Yo tengo unas manos que se pueden calificar normales, para un occidental, por lo tanto el ponerle un grip, mejora ostensiblemente el agarre. Los botones son pequeños pero tampoco los estoy utilizando constantemente, quizás el único que realmente le doy uso es el del punto de enfoque.  Pero todo es acostumbrarse, eso si, con guantes resulta imposible y en este tipo de fotografía suele ser habitual en invierno. Ya digo que con los diales se puede trabajar cómodamente.

El grip que le he puesto ha sido el que viene para acoplarle otra batería, en concreto el VG-XT1, con lo cual doblo su autonomía, muy de agradecer. Con cuatro baterías hago un par de días de sobra. Por si acaso llevo conmigo siempre un “power bank” o batería solida de litio de 10.000 miliamperios, ya que no hay muchos enchufes por el monte.

El que sea tan silenciosa, también ayuda, hay momentos y situaciones en que hasta el más leve ruido hace que la “presa” huya.

Los menús por los que navegar, son claros y precisos, y en mi caso se configuran una vez y poco más, no me molesta en demasía el que sean pequeños los botones de acceso y selección, ya que los accesos directos configurables están bien situados, al menos lo que yo utilizo. Los bloqueos de los diales, es algo que necesitaba imperiosamente, no es la primera vez que tras sacar otros modelos de la mochila, esta aparecía totalmente desconfigurada, con el consiguiente problema de tener que volver a configurarla o peor todavía, disparar con ellos cambiados.

El enfoque es rápido y preciso, muy semejante a las mejores réflex, en paisajes no hay problemas, claro, las cosas suelen estarse quietas, pero cuando tienes una rapaz o un reptil al que seguir…, no he notado nada que me interfiriera en ese seguimiento. Tanto en manual como en automático, nada que reprochar, muy al contrario, es una delicia, incluso en escenas de poca luz. Evidentemente, esto varía en función de la óptica montada.

El visor es una autentica gozada, soy usuario de cámaras digitales desde sus inicios, por mis manos han pasado muchas, y desde luego este es el mejor visor que he visto, yo no hecho en falta nada con respecto a un visor óptico, al contrario, tengo todo lo añadido por la era digital. Ese leve retraso es inapreciable para el tipo de foto que hago. Y la pantalla el poder girarla sobre todo cuando esta encima del trípode, viene genial.

El que el cuerpo sea de magnesio y sellado, es una característica perfecta para los que hacemos fotografía en la naturaleza, ya que en muchas ocasiones la climatología es adversa así como los hábitats en los que nos movemos. La mezcla de caucho y plástico es un poco rara al tacto, pero no molesta, veremos con el paso del tiempo como se comportan.

La calidad del sensor Trans CMOS II de 16,3 megapíxeles, extraordinario, los JPG salen listos para cualquier fin, y los RAW no es nada difícil revelarlos, y al mezclarlos con otras cámaras de prestigio y no poder diferenciarlos es una garantía, están a la altura de las mejores formato completo del mercado.

Entre 200 y 1600 ISO el ruido es más que aceptable, de hecho inapreciable. Ya a 6400 si se nota, pero estamos hablando de una cifra muy alta desde mi punto de vista.

La aplicación para dispositivos móviles es muy de agradecer, ya que con la conexión Wi-Fi podemos fotografiar a distancia, tanto en Android como en iOS, pudiendo actuar sobre los controles básicos de la toma, sin olvidar la copia y reproducción.

El tema de las ópticas, tengo un 18-55, un 55-200 y un 60 mm de la marca, a parte un 8mm de Samyang y un multiplicador (x2,2), y es este último el que me gustaría cambiar por una óptica de la propia Fuji que me acercara a esos animales que no llego, creo que esta en ciernes el resolverse el problema.

Las tarjetas de memoria son SD y se pueden utilizar las últimas UHS-II SD, ganando en rapidez, cosa que de momento no necesito, la cadencia de fotos por segundo me es mas que suficiente y el tiempo de almacenamiento también. Decir que utilizo SDHC Clase 10. Su introducción por el lateral de la cámara, un gran avance con respecto a modelos anteriores.

Como flash utilizo el EF-42 de Fuji, las pocas veces que hago uso de luz artificial, pues la unidad que trae es externa, una pena, me hubiera gustado más que fuera integrada, pues aunque el número guía es de 8, resolvería muchas situaciones. Así que esta en casa acumulando polvo, me imagino que cuando la utilice para estudio servirá como flash esclavo perfectamente. Aunque también hay que decir que la conexión especifica en el frontal es un gran acierto.

Cuando el equipo lo llevo en una mochila, a la espalda, he notado una gran diferencia con mis anteriores configuraciones, mi columna lo agradece enormemente. Esto es algo a lo que le doy mucha importancia, el haber reducido los pesos y conseguir fotos de calidad imposible no hace tanto tiempo, ya que hay muchas veces en que la fotografía de naturaleza se ha de hacer sin la proximidad de un vehículo.

En definitiva, un gran acierto por parte de Fujifilm, ha ido poco a poco siguiendo una hoja de ruta desde que comenzó con la X100 y culminando en la X-T1, de momento.

He disfrutado anteriormente de la X100, X-S1 y X-E1, y con la que estoy mas contento es con esta última la X-T1, aunque siempre estará en mi memoria la X100, tuve una de las primeras máquinas en pisar este país y disfrute con ella como no lo hacía desde tiempos de las telemétricas analógicas. Ese fue el principio de mi enamoramiento y aún continúa.

Espero que las ópticas que están por llegar no desmerezcan a las actuales.