Crónica del festival Fujikina Barcelona 2024: ¿cuándo repetimos?

Cuando me enteré de los planes de la última Fujikina me parecieron una bilbainada… celebrada en Barcelona. Las entradas al evento se agotaron el último día: nada más y nada menos que 3000 asistentes, que se dice pronto. Me parecía un objetivo muy ambicioso, sin precedentes por parte de Fujifilm España que, si bien siempre ha sido muy activa como firma colaboradora en muchos eventos fotográficos, nunca se había encargado de organizar en solitario un festival de este calibre: dos jornadas con una completa programación de charlas, experiencias y sesiones didácticas no sólo de fotografía sino también de producción de vídeo. ¿No eran demasiados frentes?

Aunque no pude confirmarlo hasta el final, el fin de semana del 16 y 17 de noviembre tuve la disponibilidad y el placer de acercarme al Teatre Nacional de Catalunya y asistir a la Fujikina para estar presente en la mayoría de sus propuestas. Por suerte, la convocatoria tuvo muy a su favor el factor meteorológico: un servidor acostumbrado ya a los primeros rigores otoñales en territorio alavés pudo gozar durante todo el fin de semana de sol y temperaturas agradables perfectas para todas las actividades celebradas en el exterior. Nada más llegar, pude comprobar que la gente fluía alrededor sin agobios y al entrar en el recinto pude ver a lo lejos a  mucha gente acomodada en las escaleras del teatro escuchando al aire libre la conferencia de Cristina de Middel. ¡Qué buen rollo…!

Hablando de rollos, la primera en la frente: welcome pack con carrete Fujicolor 200

Se puede decir que los de Fujifilm se han currado los detalles desde el momento en el que entramos por la puerta del Teatre Nacional de Catalunya. Cada asistente recibía en la entrada un pack de bienvenida una bolsa de tela con el logo de la Fujikina, un marcapáginas del evento, varios folletos publicitarios y nada más y nada menos que un carrete Fujicolor C200.

Sonará macarra pero este regalito me recuerda a historias de camellos engatusadores de los 80, esos que te daban gratis la primera papelina… Los de Fujifilm se han montado un esquema malévolo, regalando la primera dosis a muchos chavales que puede que se enganchen peligrosamente a la fotografía de verdad después de catar sus primeros placeres analógicos. Y a otros no tan chavales que con toda seguridad acabemos cargando la vieja cámara y marcarnos un remember que resucite antiguas experiencias. Mala gente estos de Fuji.

Una gran oportunidad para foto-cacharrear

Unos días antes del día X, los de Fujifilm convocaron a los medios para comentar las expectativas del festival: bastante gente joven o, al menos, más joven de lo que suele venir a estos eventos. Aseguraron que las estadísticas del cuestionario de inscripción mostraba más interés en las conferencias que en probar cámaras y objetivos, uno de los cebos de la Fujikina para aquellos mínimamente enganchados al mundillo fotográfico.

La pirámide fujista está muy bien cimentada y permite varias rutas hacia la cúspide que pueden pasar por el carrete regalado en el welcome pack y las cámaras Instax. En el caso que en la pantalla del juego de nuestro quehacer fotográfico vaya apareciendo consecutivamente varios “Level up!”, tal vez un día te plantes como usuario de la Serie X o de, palabras mayores, una GFX de super full frame.

Y parece que este esquema piramidal da sus frutos. El caso es que, nada más empezar el festival, había mucha más gente con ganas de probar una Fuji de lo que se esperaba, muchos de ellos se llevaban sin problema una Instax, pero muchos otros aspiraba a catar una cámara de la Serie X o GFX, acompañada de un objetivo concreto con demasiado pretendientes reclamando sus encantos. Quizá fue el momento de más descontrol del festival, con muchos compas de Fujistas queriendo probar la GFX de turno o un XF 200mm F2. Estaba claro que  para todos no podía haber…

El bueno de @Martín Gallego fue más listo y vino a la primera hora del domingo y obtuvo premio gordo. Durante las dos horas de préstamo reglamentario capturó esta maravillosa serie con el Fujinon XF 200mm F2 que ha compartido en nuestro foro.

Podéis ver aquí lo que fue capaz de hacer con la Fujifilm GFX 100 II y el Fujinon GF 110mm F2

Conferencias y presentaciones

Fujifilm es una empresa y, entre otras muchas cosas fruto de su diversificación de negocio en las últimas décadas, se dedica desde siempre a vender cámaras, ópticas, carretes y película instantánea. Más allá de esos cebos de producto colocados en la bolsa de bienvenida, de las cámaras puestas en primer plano nada más entrar al Teatre, hay un espíritu que, aunque esté al servicio de su cometido empresarial, impregna la mayoría de la actividad de Fujifilm de cara al público, en su sección ibérica, europea y global: la expansión de la cultura fotográfica.

En un mundo donde la democratización de los dispositivos fotográficos ha llegado a banalizar una actividad hace no mucho tiempo presente de manera más solemne y puntual en nuestras vidas, hace falta reafirmar la Fotografía, así con mayúsculas. Sacar las imágenes del almacenamiento caótico y sin sentido en nuestros smartphones y devolverles una carga cultural y social al margen de algoritmos, de una manera más consciente y -de nuevo- más física.

Cada presentación o evento de Fujifilm al que acudo repiten el tema de la “cultura fotográfica” como un mantra y, sinceramente, es algo que agradezco mucho. Porque esta estrategia empresarial beneficia a fujistas, a usuarios  de cámaras de otras marcas o a cualquiera potencial fotógrafo, videógrafo o “consumidor” consciente de imágenes.

Las conferencias principales de la Fujikina tenían como objetivo difundir la Fotografía con referentes como Martin Parr o Cristina de Middel, referentes de la agencia Magnum, ese selecto grupo con el que muchos soñábamos en las facultades de Comunicación… pero también mostraban el devenir fotográfico de ejemplos de éxito en la fotografía profesional como Salva López y Álvaro Sanz, desde sus más humildes comienzos en el mundo de los fotoblogs o en Flickr.

A mí me interesa mucho el uso de la fotografía como práctica terapéutica, y en ese sentido creo que el discurso de Pilar Silvestre dejó felizmente descolocado a más de uno. O la fortografía ccomo herramienta activista y, en ese sentido, la historia que venía a contarnos Estela de Castro me removió bastante a varios niveles.

En la mayoría de las conferencias y presentaciones se trasladaba una experiencia de la práctica fotográfica que para mí representa el mejor valor de la Fujikina. Es ver el apasionamiento por la naturaleza de Kiko Arcas y atender a sus historias y pensar en coger los prismáticos y el teleobjetivo y echarme al monte, es escuchar a Laura Núñez Bañuls y proponerme irme a observar salamandras en el humedal más cercano… Es descubrir el proyecto Instax de Eduardo Nave y decirme “¡ostia, claro!” y pensar enseguida cargar las instax Square del cajón.

Que tanta gente haya podido acceder a este conocimiento compartido a un precio simbólico dice mucho de Fujifilm vestido con el traje de institución fotográfica

Photowalks, bendito invento

La teoría y las experiencias ajenas están muy bien, pero si hay algo a lo que me veo asistiendo con más emoción en un festival como la Fujikina es a uno de estos paseos fotográficos para pasar a la acción. Algunos talleres como los de Paula Baena o Elena de la Rúa volcaban la creatividad en con las Instax en el propio recinto del teatro, si bien la mayoría salían directamente a la calle y sacaban a los asistentes de su zona de confort. Pude acompañar a nombres como Rodrigo Roher,  Jordi Renart, Pilar Silvestre o Joan Vendrell en sus enseñanzas para aproximarse a la gente, bajar al barro de la street photography, buscar ángulos diferentes, capturar reflejos creativos… Instantes de oro para juntarse con otros fotógrafos en una práctica artística que no siempre ha de ser tan individualista.

Un par de resultados del photowlak de @oskar con Rodrigo Roher:

Kedada Fujista

Porque en eventos como la Fujikina de lo que se trata también es de conocer gente, ampliar contactos y tejer redes. En esta crónica me dejo bastantes actividades por el camino. No pude estar en todas ellas,  y muchas charlas a las que asistí me quedé en la mayoría a medias. Buena parte de la culpa  lo tuvo la kedada del foro de Fujistas que se organizó con la excusa de la Fujikina. Demasiado tiempo interactuando en el foro con  muchos compañeros sin “desvirtualizar”, con los que al final encontramos un escenario idóneo para darnos un abrazo. En el hilo del foro hemos dejado testimonio de nuestras andanzas, que supieron a poco, muy poco y que dejaron la puerta abierta a montar un nuevo sarao fujista en Barcelona o en otras latitudes.

Así, a pesar de lo cargadito del programa, hubo tiempo para comer al aire libre y relajarse al solecito en el patio del teatro, intercambiar impresiones,  cotillear sobre otros foreros, contar batallitas, intercambiar cacharros e incluso de celebrar por la noche el buen rollo de la Fujikina al grito de «Kanpai!» con uno de los jefazos de Fujifilm en Europa brindando ante la concurrencia y anticipando la próxima Fujikina en Milán en febrero. Y ahora esperamos que, más pronto que tarde, podamos disfrutar de una nueva Fujikina por nuestras latitudes.

Jon Díez Supat
Jon Díez Supat
Friki fotográfico, jefazo y becario en Fujistas

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Irenuski
Irenuski
22 noviembre, 2024 12:46

Yo estoy en la foto de la charla de Martin Parr en las escaleras del fondo aunque no se me ve apenas 😂 Estuvo genial!

Fran66
Fran66
22 noviembre, 2024 12:47

Claro que una Instax puede ser una herramienta perfecta… y un móvil también, como lo demuestra Jotah con un viejo Huawei: mejores fotografías que las de otros con equipos FF, jaja.

Manuel_
Manuel_
22 noviembre, 2024 12:59

Fujikina Madrid 2025. Ahi lo dejo

Raskolnikov
Raskolnikov
22 noviembre, 2024 19:26

De GFX a Instax 😂 Nunca he visto una maniobra de marketing más atrevida que esa