Filosofía de un taller de fotografía de paisaje

Cuando alguien imparte un taller de la materia que sea, hay dos factores esenciales que, en mi opinión, deben cumplirse: el primero es que todas las personas que se apunten al taller logren asimilar los conocimientos que el taller propone, lo que implica quien explica la materia debe hacerlo con un lenguaje que cualquier mortal pueda comprender —se han dado casos donde no hubiera estado de más haber asistido a un taller previo de «traducción de erudito acomodado en las arduas nubes del conocimiento infinito, a lenguaje de cualquier hijo de vecino»—. Y el segundo, hacer un poco de introspección para recordar todas las dudas y situaciones desesperantes con las que uno mismo se encontró a lo largo del camino y, obviamente, despejarlas antes de que éstas puedan ocurrir a los asistentes del taller incluyendo sus soluciones y trucos como parte del temario.

«The coldest bridge» por Dani Valdés. X-T2+XF 23mm F2 R WR.

Para un taller de fotografía de paisaje de un solo día de duración, éste es el esquema que propongo:

  • Filosofía del paisajismo: Es importante diferenciar la fotografía de paisaje de otras especialidades fotográficas, pues en nuestro caso, el famoso storytelling (es decir, lo que nos explica la fotografía) no surge del qué, sino del cómo. No estamos fotografiando una situación en la que ciertos sujetos dan a entender qué está ocurriendo; estamos interpretando una escena, un momento irrepetible en el tiempo, y nuestras herramientas para narrar ese instante único —además de la cámara, claro—, son la composición, la luz, los colores, los espacios vacíos en el encuadre que ayudan a dirigir la mirada del espectador, y un largo etcétera. No es nada fácil plasmar las sensaciones que nos otorgan nuestros 5 sentidos en una imagen bidimensional. ¡¿A quién no le ha pasado volver a casa pensando que tiene en la cámara unos fotones de quitar el hipo y al ver el resultado en el ordenador sentir que somos los peores fotógrafos del cosmos?! Es una sensación tan frustrante como horrorosa, lo sé por experiencia.
  • El trípode, nuestro mejor amigo: El tiempo suele ser el mayor enemigo de cualquier fotógrafo. Cuando el diafragma está abierto a tope y la ISO al límite del ruido tolerable, la velocidad de disparo es determinante para captar suficiente luz en la fotografía o no. El trípode convierte a nuestro mayor inconveniente en nuestro mejor aliado. El tiempo pasa a ser nuestro mejor amigo.
  • Diferencias entre distintos tipos de sensores: Conocer las diferencias que implica tener una cámara con un sensor Full Frame, APS-C o Micro 4/3, por ejemplo, es determinante para extraer lo mejor de ella. Dentro de la fotografía de paisaje, además, es imprescindible tener dichas diferencias en cuenta para factores tan importantes como la profundidad de campo o conocer la mínima apertura de diafragma posible antes de que la difracción óptica nos juegue una mala pasada.
  • Objetivos ideales para el paisajismo: Saber escoger el objetivo idóneo para cada ocasión puede ser la diferencia entre tener la foto que soñábamos o el clásico «hice lo que pude con lo que llevaba porque me dejé en casa el…». Hay ciertos mitos como que sin una lente gran angular no se pueden fotografiar buenos paisajes, o que un zoom largo comprime demasiado los planos para usarlo en esta modalidad, o que un objetivo caro es siempre mejor, que no siempre son ciertos.
  • Composición en la fotografía de paisaje, básica y avanzada: Es evidente que la composición en esta modalidad es uno de los factores más importantes. A mí me gusta distinguir entre composición básica y composición avanzada. Muy probablemente todos sabemos los aspectos más elementales de la composición fotográfica, los ‘basics‘ de la fotografía, pero en mi experiencia nunca está de más hacer un breve repaso, pues a menudo estamos pendiente de tantas cosas que pasamos por alto lo fundamental. Cuando ya tenemos una buena base, es momento para adentrarnos en crear composiciones que digan lo que nosotros queramos expresar, y para ello conviene equilibrar el peso de los elementos en la imagen, crear un recorrido visual ordenado y limpio, cierta armonía cromática y algunas «generalizaciones» más que luego podemos usar o no, pero siempre es bueno conocerlas.
  • Los distintos tipos de luz natural y su repercusión en nuestra fotografía: Como tantas veces hemos oído, en la fotografía la luz lo es todo; la cantidad en lo técnico, la calidad en lo bello. Saber qué podemos conseguir disparando cuando tenemos la luz dorada, o al atardecer/amanecer, o en la hora azul, nos ayudará a optimizar nuestras fotografías y a planificar adecuadamente una excursión o un viaje que tengamos en mente. Una sola hora puede significar la diferencia entre «una foto de turista» o «una foto de caerse de culo del flipe».
  • La climatología, el factor imprevisible: Podemos tener todo preparadísimo: el equipo impoluto, el trípode reluciente y hasta engrasado, la mochila cerrada con todo colocado a la perfección, la comida lista y el depósito del coche lleno, pero siempre habrá algo que no podremos controlar, el clima. Sin embargo, eso no supone problema alguno, tan sólo hay que saber adaptarse a él y saber cómo enfocar (metafóricamente hablando) nuestra fotografía según las condiciones que tengamos. Estando en un mismo escenario, ¿compondríamos igual la foto si tuviéramos unas nubes con unos colores espectaculares que si tuviéramos un cielo totalmente despejado y soso? ¿Y en un lago, haríamos la foto con niebla que sin ella? ¿Y si en el viaje de nuestros sueños resulta que nos encontramos con una calima horrorosa? ¿Y si llueve, nos dejamos la cámara en casa o aprovechamos que la lluvia va a provocar unos reflejos alucinantes en el suelo, por ejemplo? Tener el máximo número de recursos —ideas— posible puede hacer que ese «factor imprevisible» juegue siempre a nuestro favor.
  • Enfoque, dónde, cómo y cuándo: La fotografía de paisaje tiene varias peculiaridades a la hora de enfocar que la diferencia de otras modalidades. El hecho de tener la cámara montada en un trípode, de fotografiar motivos estáticos, de no tocar la cámara en el momento del disparo para evitar la trepidación, del uso de ocasional de diversos filtros o de utilizar la distancia hiperfocal cuando conviene, hace que el tema del enfoque no sea siempre coser y cantar. Es fácil, y con la práctica se vuelve muy intuitivo, pero debemos realizar todos los pasos en el orden correcto y del modo oportuno. Fardar de una fotografía de larga exposición habiendo empleado filtros de densidad neutra puede molar bastante, pero si todo está correctamente enfocado mola mucho más.
  • Filtros, cuáles, por qué: Como he mencionado antes, tener al tiempo de nuestra parte nos permite crear imagenes idílicas en la propia cámara, sin que debas tener un master en Photoshop para conseguir una foto de ensueño. Para ello nos servimos de varios tipos de filtros, siendo los más comunes los de densidad neutra (ND), los filtros degradados y los polarizadores. Pueden combinarse entre ellos, y si se hace bien, los resultados suelen ser espectaculares, ¡pero comprender su funcionamiento y saber cuándo aplicarlos nos puede ahorrar un montón de horas de agonía, espera y desesperación!
  • Fotografía de larga exposición: ¿Es la ilusión de tu vida hacer una exposición de fotografías de paisaje, y que cuando se acerque alguien diciéndote: «¡Pero aquí hay mucho Photoshop, ¿no?!» estamparle en la cara la pantalla de tu portátil con el Raw original a modo de respuesta? Si es así, o si simplemente te gusta que se refleje el movimiento de las nubes, el agua, o cualquier elemento no estático de la escena en tus fotografías, la larga exposición es la técnica requerida. A mí me sucedió que sin querer, me especialicé en ello, y es que la posibilidad de que el tiempo, el aire y el movimiento de la vida «pinte» en la fotografía que estás tomando, es algo adictivo, y en mi opinión, 100% recomendable.

N. del E.: Nuestro colaborador fujista Dani Valdés dará un taller de fotografía de paisaje en Barcelona el próximo 26 de mayo.

Dani Valdés
Dani Valdéshttp://www.danivaldes.com
Dani Valdés nació en Barcelona el 27 de Septiembre de 1974. Su trayectoria artística se ha sumergido en distintas disciplinas desde muy temprana edad, sirvan como ejemplo de ello sus 60 discos grabados o su libro de temática humanística titulado 'El Disc.Jockey del Silencio'. Actualmente se encuentra inmerso completamente en la Fotografía, disciplina en la que encuentra el medio ideal para plasmar y transmitir a las demás personas su serena visión de la Vida.

3 COMENTARIOS

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Jesus Soriano
15 mayo, 2018 17:29

muy interesante, si pudiese me pasaba sin duda!

danivaldesphotography
danivaldesphotography
15 mayo, 2018 17:31

¡Muchas Gracias, Jesús! Me alegra que te haya resultado interesante 🙂

¡Un saludo!

Gerard
Gerard
15 mayo, 2018 19:46

Esas fotos tienen gusanos d’essos.