Después de Maradona, y con el permiso de San Génaro, es el otro culto que se profesa en la ciudad. También le tienen fe a Bud Spencer, ese tipo que salía con un rubito en unos westerns un poco chabacanos.
O todavía no había entrado, no recuerdo . Lo cierto que es que el casco antiguo de Nápoles es otro museo en sí mismo, un lugar impagable para la fotografía social, inagotable en personajes y situaciones.
Después de Maradona, y con el permiso de San Génaro, es el otro culto que se profesa en la ciudad. También le tienen fe a Bud Spencer, ese tipo que salía con un rubito en unos westerns un poco chabacanos.
Cierto, también lo recordaba por películas como "Le llamaban Trinidad". En el caso de Bud Spencer, hijo de la ciudad, me hacía gracia una de sus frases que se recuerdan por la ciudad, algo así como "Yo no soy italiano, soy napolitano". Y algo de hay, porque aquello es otra Italia.