"Y mirando su mendrugo de pan pensó: ¿habrá alguien más desgraciado que yo?. Y al girarse sobre sí mismo vió que otro hombre recogía las migas que a él se le iban cayendo por el camino". Esta parábola siempre me ha encantado porque no habla de la resignación sino de la solidaridad y de la capacidad para ponernos en el lugar del otro. Gracias por vuestras visitas y comentarios.

HOMBRE RICO Y HOMBRE POBRE por Visiones De Ángeles, en Flickr

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