En un reciente viaje a Isla de Sal (la más turística de las islas de Cabo Verde) tuve oportunidad de hacer un recorrido en buggie por buena parte de la isla. Sal es una de las islas más áridas del archipiélago, así que hay arena y polvo a raudales, por lo que había que enfundarse un mono, pañuelo para no tragar mucho polvo (al final lo tragas igual ) y gafas protectoras.
Yo iba de copiloto para poder hacer fotos, pero había varios inconvenientes: los buggies circulan a bastante velocidad (hasta 80 km/h) por terrenos en los que hay que hacer uso de la tracción 4x4, así que es obligatorio el uso de un arnés de seguridad que te impide moverte hacia adelante, así que todas las fotos tenía que hacerlas con la espalda pegada al asiento.
Por esta razón, el 90% de las fotos están hechas sin usar el visor electrónico. Pensé que me apañaría con la pantalla trasera, pero con el movimiento constante se hacía del todo imposible. Así que tuve que disparar prácticamente a ciegas Para colmo, los buggies tenían un pequeño parabrisas que me obligaba a elevar la cámara aún más, ya que se colaba en la composición (aún así se ve en varias tomas).
Solución: elegí un ISO relativamente alto (ISO800, ya que era poco antes del atardecer, y aún había bastante luz) que me diera una velocidad de obturación lo suficientemente elevada (más de 1/1000 s) para congelar los vehículos en movimiento, ya que usé una apertura de diafragma de f8 para intentar asegurar el foco en estas condiciones. AF-C y a cruzar los dedos. Como objetivo usé el XF35mm f1.4, que no es precisamente el más ágil enfocando, y para colmo no está sellado. La cámara sí (X-T4), pero se levantaba tal polvareda que acabamos todos cubiertos completamente de polvo. La cámara y el objetivo también
Como precaución saqué un trapo de microfibra y cada poco rato intentaba limpiar lente y cámara con mucho cuidado. Al final no le entró ni siquiera una pequeña mota al sensor. La cámara y el objetivo los limpié después con calma y a conciencia, con otro paño diferente (después de soplar con una pistola de aire que me prestaron en el local de alquiler de buggies) y una brocha de pelo. Resultado: todo impoluto y sin problemas
Me habría gustado poder hacer fotos de los buggies en acción desde otro punto de vista, pero era imposible detener mi vehículo y apartarme del camino para fotografiar a los demás. Cosas de los protocolos de seguridad. En cualquier caso, recomiendo mucho la experiencia, aunque la próxima vez me gustaría repetir conduciendo yo, ir al volante tenía pinta de ser súper divertido.
Perdón por el tocho. Aquí van las fotos:
Yo iba de copiloto para poder hacer fotos, pero había varios inconvenientes: los buggies circulan a bastante velocidad (hasta 80 km/h) por terrenos en los que hay que hacer uso de la tracción 4x4, así que es obligatorio el uso de un arnés de seguridad que te impide moverte hacia adelante, así que todas las fotos tenía que hacerlas con la espalda pegada al asiento.
Por esta razón, el 90% de las fotos están hechas sin usar el visor electrónico. Pensé que me apañaría con la pantalla trasera, pero con el movimiento constante se hacía del todo imposible. Así que tuve que disparar prácticamente a ciegas Para colmo, los buggies tenían un pequeño parabrisas que me obligaba a elevar la cámara aún más, ya que se colaba en la composición (aún así se ve en varias tomas).
Solución: elegí un ISO relativamente alto (ISO800, ya que era poco antes del atardecer, y aún había bastante luz) que me diera una velocidad de obturación lo suficientemente elevada (más de 1/1000 s) para congelar los vehículos en movimiento, ya que usé una apertura de diafragma de f8 para intentar asegurar el foco en estas condiciones. AF-C y a cruzar los dedos. Como objetivo usé el XF35mm f1.4, que no es precisamente el más ágil enfocando, y para colmo no está sellado. La cámara sí (X-T4), pero se levantaba tal polvareda que acabamos todos cubiertos completamente de polvo. La cámara y el objetivo también
Como precaución saqué un trapo de microfibra y cada poco rato intentaba limpiar lente y cámara con mucho cuidado. Al final no le entró ni siquiera una pequeña mota al sensor. La cámara y el objetivo los limpié después con calma y a conciencia, con otro paño diferente (después de soplar con una pistola de aire que me prestaron en el local de alquiler de buggies) y una brocha de pelo. Resultado: todo impoluto y sin problemas
Me habría gustado poder hacer fotos de los buggies en acción desde otro punto de vista, pero era imposible detener mi vehículo y apartarme del camino para fotografiar a los demás. Cosas de los protocolos de seguridad. En cualquier caso, recomiendo mucho la experiencia, aunque la próxima vez me gustaría repetir conduciendo yo, ir al volante tenía pinta de ser súper divertido.
Perdón por el tocho. Aquí van las fotos: