Gracias por las respuestas. La cosa es que estoy usando cada vez más estos objetivos por tres motivos: el tacto del foco manual, los resultados y el placer añadido de aprender su historia, que me proporciona un extra de diversión. Me gusta enfocar en manual y me encuentro cómodo haciéndolo, porque así fue como normalmente se hacía cuando empecé, pero me resulta desagradable la experiencia de hacerlo con el motor de enfoque de intermediario. Me gusta la sensación de cierta resistencia del anillo y que haga tope en infinito y en la distancia mínima. Y también los resultados, muy particulares según cada objetivo, los bokeh salvajes y diferentes que dan algunos de ellos, los flares, que no sean nítidos de esquina a esquina, los desenfoques de fondo de algunos de ellos, que parecen acuarelas. En fin, tengo bastantes objetivos entre fujinones y sigmas que tienen muchas virtudes y algunos manuales, entre TTArtisan y esos que ahora llaman vintage. Cada objetivo tiene sus virtudes y sus puntos débiles, también su momento en función de la exigencia de las fotografías que necesites o quieras hacer, y también del tipo de experiencia y resultado que quieras o te apetezca obtener.
De los TTArtisan que tengo, me sorprendió para bien el 23mm f1.4, no tanto el 35mm f1.4. Está a punto de llegarme el 100mm f2.8 (construido para emular al Meyer-Optik Görlitz Trioplan 100mm f/2.8) y pronto lo hará el 75mm f1.5 (que emula al Carl Zeiss Jena Biotar 75mm f/1.5). Ambos TTArtisan, por cierto, con montura M42. De los viejos, tengo también dos Carl Zeiss Jena (el Pancolar de 50mm f1.8 y el Flektogon de 35mm f2.8), un Jupiter 9, y cuatro o cinco Helios (tres 44M, un 44M-4, un 44-2 y un 44 de 1962, de la primera versión).
¿Qué quiero decir con esto? Que, al menos para mí, todos los objetivos que tengo no responden a una necesidad que se limite a la focal o la apertura, o a si tienen AF o no, sino a la experiencia de uso y a los resultados de cada uno. ¿Tener que ponerles adaptador? Abulta lo mismo y pesa menos el Pentacon con el adaptador que el Fujinon 33mm. ¿Los 50mm no son los mismos en la Fuji que en las cámaras para los que se construyeron? Por un lado, mi Fujinon preferido, con el que más disfruto, es el 60mm. Por otra parte, asumo que pocas cosas son perfectas, soy consciente de que en APSC algunos de estos objetivos (en unos más que en otros) se pierde parte de su potencial, como en el TTArtisan 75mm y su equivalente venerable, el Biotar, donde luciría más su bokeh arremolinado sin el factor de recorte.
Sobre el precio... sí, están subiendo. También los objetivos modernos, por cierto. Aún así, un Pentacon, un Helios, un Pancolar o un Flektogon siguen costando una fracción que la inmensa mayoría de los fujinones y generalmente menos que casi cualquier objetivo chino, sea manual o con AF.
Al final, es también una cuestión de gustos. A quien no le guste que se le cuele un flare, que el bokeh de sus fotos tienda al caos o no sea perfectamente circular, o no le guste enfocar en manual, o no le proporcione placer tener un trozo de historia de la fotografía en las manos, pues no le verá la gracia a estos objetivos, es perfectamente legítimo. Yo le encuentro todo el sentido, e incluso disfruto pasando horas desmontándolos para limpiar las lentes de los hongos y el polvo con que suelen venir. A veces también, cuando no es excesivamente complicado, haciendo mantenimientos más profundos.
En fin, son opciones personales. Afortunadamente este tipo de objetivos se adaptan bien al tipo de fotografía que me gusta hacer, me resulta natural enfocar en manual, me flipan las imágenes que proporcionan y disfruto con la combinación de investigación y manualidades que rodea a este mundo. A mí me encaja perfectamente, pero es una cuestión de gustos. Como en tantas otras cosas, lo que para unos es estar en un paraíso, para otros es un infierno y para otros tantos, pues ni tanto ni tan poco.