Con todo lo que está pasando, y es una debilidad, se me va la mirada a los pequeños negocios de barrio. También es cierto que no hace falta mucha pandemia para que uno se quede pasmado mirando alguna de las tiendas con más de medio siglo encima ('desde 1964' dice su escaparate) que hay en los alrededores del Mercado de San Agustín. Pena del aparcamiento de motos que le pusieron delante (no por las motos, que yo también soy motero, sino porque es muy difícil encontrar un buen ángulo para sacarle una foto al establecimiento). Bueno, que al final siempre me enrollo. Una relojería de las de siempre, con una tipografía que sólo le puede hacer sombra el emblemático 'La bombilla' (lugar de siempre de tapeo). Espero que os guste.
Reloxaría...