Coincido con todos los que dicen que las fotografías han de explicarse por sí solas; que no es necesario siquiera un título. Pero como toda ortodoxia, esa afirmación depende de muchas matizaciones. Porque me gusta practicar la fusión de fotografía y literatura, de tal forma que una imagen pueda provocar un poema, relato, cuento..., o al revés, o sea, que un poema o relato tome forma a través de una imagen.
Este año, en mi celebración del Día de los Difuntos (frente a otras festividades que nos llegan de lejos), os propongo la fotografía y el breve texto teatral, concebidos y creados en conjunto y la clara intención de que se complementen y sean considerados como una sola cosa.
DIÁLOGO DE DIFUNTOS
ACTO ÚNICO
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(La escena...