El otoño es sin duda mi estación favorita para fotografiar la naturaleza. El poder perderme en los bosques otoñales con la cámara realmente es de las cosas que más satisfacción fotográfica me genera.
En este caso es una foto del Hayedo de la Pedrosa, en Segovia. Estos hayedos del sistema central (ahora tres, Pedrosa, Tejera Negra y Montejo, partes de una antiguo gran hayedo) son una auténtica joya de la naturaleza, algo que por localización y clima no debería estar allí. No tienen la exuberancia de los que se encuentran en el norte de la península pero desde luego no les falta belleza
Una cosa que me encanta de los hayedos es como son de caóticos. Las formas de los árboles, las ramas caídas, las rocas cubiertas de musgo…es un reto...