Arte zombie y arte fantasma

FotoPrecios mínimos del día.
Yo tengo Uncommon Places y es fantástico.

La época en la que Stephen Shore viajó y fotografió estaba impregnada por el espíritu viajero del movimiento cultural de La Generación Beat, que soñaba con lanzarse al camino y viajar por América. Me gusta mucho como William Eggleston o Stephen Shore elevaron la fotografía a color al estatus que se merecía.

Uncommon Places es una alegoría a la magia de lo mundano, es documentar lo sencillo, y en ello, encontrar la belleza. Su trabajo fue un antes y un después en la fotografía, creó una amplia escuela, hoy en día más viva que nunca. Su marcado estilo a la “americana”, de fotografiar cafetería de carrera, moteles con moqueta y carteles publicitarios, con tonos pastel, ha creado escuela.
 
Exacto, tanto en American Surfaces como en Uncommon Place está el espíritu de echarse a la ruta de la generación beat, pero en el caso de Shore la expresión existencialista es muy comedida, yo diría que hasta estudiosa, nada que ver con el existencialismo beat de William Kleim o de Robert Frank, que comparten un mismo espíritu dionisiaco.

Lo que comenta Shore de sus propias fotografías es que en ellas él pone su atención en la interacción de elementos culturales, así que es prácticamente como un antropólogo. En la exposición Nuevas Topografías (1975) pudo participar junto a otros fotógrafos paisajistas de su generación que, como él, estaban ampliando la fotografía de paisaje hacia la huella humana.

Fue un gran coleccionista y admirador de la obra de Walker Evans. Para mi ambos son una gran referencia.

Todos somos Walker Evans, o al menos, eso es lo que me dijo Juan Manuel Castro en un visionado recientemente, y razón no le falta. El documentalismo de Evans sigue latente, de una forma u otra en la fotografía actual, incluso en la nuestra.

Hoy en día, el documentalismo/cultural/antropológico de Stephen Shore sigue más vivo que nunca... solo hay que ir a ver la exposición de REGIÓN. Paisaje, fotografía y patrimonio aquí en Madrid, y darse cuenta que así es.
 
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En una entrevista que le hace David Campany a Stephen Shore, éste último comentaba que para aguantar en la fotografía hace falta tener ambición. Shore le dice a Campany que sin ambición es imposible siquiera resistir por más de unos pocos años en esto. Te saldrá otro trabajo, tendrás un hijo o cambiarás de hobby porque te aburrirás, le explica.
Los hobbies van y vienen, como todo en la vida: y así, hasta que palmamos. En el mundo del arte existen otras mucho más "jodidas": literatura, escultura... no creo que exista mucha gente que se dedique a escribir o a esculpir sin claras "ambiciones profesionales". La fotografía es otra cosa: en principio, solo hay que apretar botones. :Roflmao:

Creo que, en cierto modo, esos dos no pueden evitar pensar como lo que son: profesionales. Entre aficionados es muy distinto: su fotografía no va a llegar a ninguna parte ni tampoco lo pretende: morirá con él. El aficionado medio sale a la calle sin otra ambición que la de pasar un buen rato (bueno, vale, alguno también aprecia los likes o la palmadita en la espalda, jaja)... ambición muy noble, por cierto.

Un saludo
 
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Porque como japoneses que son, como miembros de sociedades ultraproductivas, no podían dejar de trabajar. Es decir, hasta en su tiempo libre se tenían que dar a sí mismos un jobbi para mantenerse ocupados. No podían simplemente mirar y disfrutar, perder el tiempo, pasear. Tenían que sacar la mejor foto para demostrar su sentido estético a sus amigos. Hoy todos somos japoneses.
En ese caso... me temo que, afortunadamente, debo tener muy poco de japonés.
 
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Esto, Sactess, tampoco tengo muy claro que sea así...
Tiene una moral del buen hacer que pasa necesariamente por el trabajo y el perfeccionamiento. Ambas cosas las tiene el profesional y las tiene el aficionado, las tiene el que es fotógrafo y el que no. Son cuestiones sociales.
Conozco a gente que lleva años haciendo exactamente lo mismo: paseito y foto... y ya está. Y no por ello han dejado la afición, o la han dejado como el Guadiana, a ratos, cosa que supongo que aquí nos pasa a muchos.
 
¿Y salen a buscar malas fotos o por el contrario desarrollan una moral en torno al buen hacer con una idea de buena fotografía?

El mundo de la fotografía de aficionados no lo veo muy distinto al mundo de la fotografía artística en cuanto a sus intenciones, si que difieren en las formas. Como ya he comentado es muy frecuente que el aficionado busque efectos o tenga aspiraciones pictoralistas, pero no hay nada malo en ello. La historia es ¿Lo consigue?

Albarrán Cabrera son una pareja de artistas con mucha presencia en Paris Photo. Quizá la diferencia con un aficionado respecto a éstos trabajos es que ellos depuran mucho, trabajan en equipo, saben presentar su trabajo y pueden conjugar un discurso, eso sobre todo.

El aficionado busca más la foto única pero no es tan exploratorio, como que no se la juega.
Muy centrados en la parte técnica. Si no existe interés en movimientos artísticos desconocidos, no pueden hacer otra cosa que lo que conocen... Pero no por ello abandonan la afición, que es a lo que voy.
 
El amateur ya es diferente, en el amateur si que veo una mirada más lúdica, a veces con humor, la aspiración pictórica no es lo que lo mueve, es más la experimentación, el simulacro, pero también tiene una mirada estetizante como cualquier persona. Esto se ve muchísimo en IG.

Pienso que el hecho de que tengamos teléfonos ha cambiado todo y que las figuras que antes estaban operando se han trasmutado, algunas han conservado los mismos valores, pero evidente que todo es ya otra cosa. Nada que ver cuando ibas a casa de alguien y te enseñaba las fotos de sus viajes en una caja de zapatos.
Si te digo la verdad, creo que mucha gente no tiene clara la diferencia entre aficionado y amateur. Vamos, que son la misma cosa...
 
Pues no lo son.

Lo que comentas de la técnica es cierto, hay en el aficionado una vocación por la profesionalización a través del conocimiento técnico.

El amateur nace con la cámara point and shut. Su filosofía es otra. Es "dale al botón y pásatelo bien, no te comas la cabeza con la Ley de Reciprocidad o el Sistema de zonas de Ansel Adams". Que le den a Ansel Adams. No se quien es ni me importa. Pero hasta en esos casos, hay una mirada estetizante. Es decir, se filtra la realidad para hacer de ella una experiencia estética en la cual la cámara es mediadora. Pasa que no tiene tan claramente una vocación pictoralista y es instantáneo, es arte instantáneo.
Ciertamente, tengo más interés en la vertiente del amateur. ;)
 
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