Recuerdo el día de la kdd en Madrid, en una de las entradas a la Plaza Mayor, yo estaba en un lado de la calle y otros compañeros estaban en el otro. De pronto, una pareja se paró a dos metros de donde yo estaba y comenzaron un abrazo apasionado, que duró varios segundos.
Estas cosas pasan. Estás esperando, con la cámara preparada, y ocurre algo. Una pareja que se besa, alguien hace un gesto, dos personas que se lanzan una mirada amenazadora.
Yo sí me creo la foto.
Dicho esto, la ejecución de la foto no me acaba de gustar. Tiene un estilo que no le va, una estética de foto de preboda. Quizás eso sea lo que provoca la incredulidad de algunos compañeros. Como dice Óscar, es una toma preparada, esperando un personaje interesante pero más convencional: un viejecito, alguien que habla por teléfono. Y se mezcla una foto preparada con una situación inesperada.
Y sobre la postura de la chica, la duración del beso y esas cosas, decir que son así. Estoy haciendo un proyecto sobre besos y abrazos en la calle y, como anécdota, a una pareja en la plaza del Callao, en el centro de Madrid, les hice una foto y, cuando volví a pasar por allí, unos cinco minutos después, seguían besándose. El amor es así, de cine
