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Fujista de renombre
Los smartphones han revolucionado las comunicaciones y hacen más cómodo nuestro día a día; estamos informados al instante (gracias a redes como Twitter), podemos comunicarnos con amigos y familiares a miles de kilómetros de distancia e incluso podemos prender la calefacción antes de llegar a casa, para encontrarla calentita cuando lleguemos.
Una de las prestaciones que más utilizamos es la cámara, ya sea para hacer fotos o vídeos. La calidad de las cámaras de los teléfonos móviles ha mejorado mucho en los últimos años y de ahí la paulatina muerte de las cámaras compactas, segmento de la industria fotográfica que más fuerte ha sentido el zarpazo de la crisis económica.
El uso del móvil como cámara fotográfica ha comportado cambios que van más allá de las preferencias entre ambos dispositivos: si antes guardábamos las imágenes en el ordenador (o en el mejor de los casos, las imprimíamos), hoy solemos dejar que la memoria del móvil se vaya llenando con fotos, GIF y vídeos… hasta el día que nos ponemos a hacer limpieza, porque ya no caben más fotos.
Hasta la aparición de la fotografía digital solíamos guardar las fotos impresas en papel. Las vacaciones acababan en copias en papel guardadas en álbumes de fotos o en odiosos pases de diapositivas. Hoy, la tecnología permite compartir una foto en apenas un segundo con cualquier habitante del planeta, es verdad… pero es una foto intangible, que no existe.
Hemos perdido poder "tocar una foto" y con ello, parte del fetichismo de la fotografía: hacer nuestro un instante.
Hace apenas 3 días que estoy disfrutando de la impresora Instax Share SP-2 y estoy más que satisfecho de los resultados. La calidad de las copias impresas es superior a lo que consigo con la cámara mini 90 Classic, si bien las fotos realizadas con cámaras Instax tienen algo especial, difícil de definir, porque se acerca a las sensaciones…
El tamaño de la impresora es compacto y muy ligero, lo que me sedujo a la hora de valorar su compra. Por mi trabajo (soy fotógrafo profesional) suelo viajar mucho y… ¿qué mejor que poder regalar fotos impresas a las personas que apreciamos, estimamos, queremos o amamos?
El funcionamiento es muy muy sencillo. Eso es algo que valoro mucho a la hora de comprar un dispositivo: facilidad de manejo. Basta descargar la app (aplicación) para iPhone o Android. Desde el teléfono móvil accedemos al menú de la impresora, que es sencillo y muy funcional.
El interfaz consta de 6 apartados, todos ilustrados de manera gráfica:
De momento sólo he utilizado 3 de los modos que ofrece el menú. Es obligatorio entrar en la sección "Ajustes" para hacer la selección de la impresora y de otros parámetros, como la actualización del firmware.
El modo que más he utilizado es el de "seleccionar desde Galería": en la pantalla del smartphone se visualizan todas las imágenes que tenemos y basta pulsar sobre la que deseamos imprimir para –mediante wifi– enviarla a la impresora. Una vez seleccionada, accedemos a un sencillo menú de edición, que nos permite aplicar hasta 50 diferentes plantillas, rotar la imagen o aplicar 3 filtros incluidos (inteligente, blanco y negro y tono sepia).
He probado los filtros en blanco y negro, el inteligente y el modo personalizado, que permite variar brillo, contraste y saturación del color. Para fotografías hechas con flash, el filtro inteligente resulta muy efectivo, pero si queremos afinar más podemos recurrir al filtro personalizado, pues los cambios se ven de manera muy clara en el smartphone.
En apenas 30 segundos desde el mismo momento de pulsar "conectar e imprimir" ya tendremos una copia en papel de la foto deseada. Y todo, con la máxima sencillez. Quiero destacar la calidad de las copias en blanco y negro, que –en mi opinión– ofrecen mayor contraste que la nueva película Instax Monochrome. Otro detalle interesante es que siempre vemos el número de fotos restantes en la carga Instax.
¿Por qué la impresora SP-2 y no la primera versión SP-1? Sobretodo porque la nueva Instax Share SP-2 funciona con la misma batería que mi Instax mini 90 Classic y siempre es mejor disponer de dos baterías que una… El cabezal de impresión de la 2 incorpora 360 dpi (puntos por pulgada) y ofrece mayor calidad de impresión y en tercer lugar porque los tiempos de impresión son ligeramente más rápidos que en la SP-1.
Ésta es –de momento– mi experiencia con la impresora Instax Share SP-2: muy satisfactoria, tanto por los resultados como por la sencillez de manejo y el precio (menos de 200€).
Salu2
Una de las prestaciones que más utilizamos es la cámara, ya sea para hacer fotos o vídeos. La calidad de las cámaras de los teléfonos móviles ha mejorado mucho en los últimos años y de ahí la paulatina muerte de las cámaras compactas, segmento de la industria fotográfica que más fuerte ha sentido el zarpazo de la crisis económica.

El uso del móvil como cámara fotográfica ha comportado cambios que van más allá de las preferencias entre ambos dispositivos: si antes guardábamos las imágenes en el ordenador (o en el mejor de los casos, las imprimíamos), hoy solemos dejar que la memoria del móvil se vaya llenando con fotos, GIF y vídeos… hasta el día que nos ponemos a hacer limpieza, porque ya no caben más fotos.
Hasta la aparición de la fotografía digital solíamos guardar las fotos impresas en papel. Las vacaciones acababan en copias en papel guardadas en álbumes de fotos o en odiosos pases de diapositivas. Hoy, la tecnología permite compartir una foto en apenas un segundo con cualquier habitante del planeta, es verdad… pero es una foto intangible, que no existe.
Hemos perdido poder "tocar una foto" y con ello, parte del fetichismo de la fotografía: hacer nuestro un instante.
Hace apenas 3 días que estoy disfrutando de la impresora Instax Share SP-2 y estoy más que satisfecho de los resultados. La calidad de las copias impresas es superior a lo que consigo con la cámara mini 90 Classic, si bien las fotos realizadas con cámaras Instax tienen algo especial, difícil de definir, porque se acerca a las sensaciones…
El tamaño de la impresora es compacto y muy ligero, lo que me sedujo a la hora de valorar su compra. Por mi trabajo (soy fotógrafo profesional) suelo viajar mucho y… ¿qué mejor que poder regalar fotos impresas a las personas que apreciamos, estimamos, queremos o amamos?
El funcionamiento es muy muy sencillo. Eso es algo que valoro mucho a la hora de comprar un dispositivo: facilidad de manejo. Basta descargar la app (aplicación) para iPhone o Android. Desde el teléfono móvil accedemos al menú de la impresora, que es sencillo y muy funcional.
El interfaz consta de 6 apartados, todos ilustrados de manera gráfica:
- seleccionar la foto desde la galería de nuestro móvil
- volver a imprimir (sacar una copia de la última foto)
- tomar una fotografía
- plantilla en tiempo real (precisa activar la localización del smartphone)
- seleccionar desde SNS (redes sociales)
- ajustes

De momento sólo he utilizado 3 de los modos que ofrece el menú. Es obligatorio entrar en la sección "Ajustes" para hacer la selección de la impresora y de otros parámetros, como la actualización del firmware.

El modo que más he utilizado es el de "seleccionar desde Galería": en la pantalla del smartphone se visualizan todas las imágenes que tenemos y basta pulsar sobre la que deseamos imprimir para –mediante wifi– enviarla a la impresora. Una vez seleccionada, accedemos a un sencillo menú de edición, que nos permite aplicar hasta 50 diferentes plantillas, rotar la imagen o aplicar 3 filtros incluidos (inteligente, blanco y negro y tono sepia).

He probado los filtros en blanco y negro, el inteligente y el modo personalizado, que permite variar brillo, contraste y saturación del color. Para fotografías hechas con flash, el filtro inteligente resulta muy efectivo, pero si queremos afinar más podemos recurrir al filtro personalizado, pues los cambios se ven de manera muy clara en el smartphone.

En apenas 30 segundos desde el mismo momento de pulsar "conectar e imprimir" ya tendremos una copia en papel de la foto deseada. Y todo, con la máxima sencillez. Quiero destacar la calidad de las copias en blanco y negro, que –en mi opinión– ofrecen mayor contraste que la nueva película Instax Monochrome. Otro detalle interesante es que siempre vemos el número de fotos restantes en la carga Instax.
¿Por qué la impresora SP-2 y no la primera versión SP-1? Sobretodo porque la nueva Instax Share SP-2 funciona con la misma batería que mi Instax mini 90 Classic y siempre es mejor disponer de dos baterías que una… El cabezal de impresión de la 2 incorpora 360 dpi (puntos por pulgada) y ofrece mayor calidad de impresión y en tercer lugar porque los tiempos de impresión son ligeramente más rápidos que en la SP-1.

Ésta es –de momento– mi experiencia con la impresora Instax Share SP-2: muy satisfactoria, tanto por los resultados como por la sencillez de manejo y el precio (menos de 200€).
Salu2