Pues yo sin ir más lejos en el último viaje a trabajo que hice me llevé la cámara y el móvil con la expresa intención de hacer fotos con los dos y luego compararlas... obviamente hay muchos momentos en que se nota la diferencia a leguas de distancia, pero en otros es casi imperceptible. Como digo siempre: para nosotros, las cámaras (móvil incluido) son cacharros, herramientas, como el martillo para el albañil. Hay que saber usarlas y elegir el momento en que conviene más una u otra.
Lo que sí os puedo decir es que hay situaciones en que no puedo –o no me da tiempo, o no me conviene– sacar la cámara de la bandolera, y en estos momentos mola mucho tener a mano un móvil con una
buena cámara decente para capturar este instante. Como en esta: me siento en el metro justo delante de un colega de afición y pienso: ostras, este seré yo en diez años! Había que aprovechar entre una estación y otra para hacer la foto, porque no quería arriesgarme a que se levantara. Y tampoco quería llamar la atención, porque más que un retrato lo que me pedía el momento era un robado, para congelar su postura al natural, la dicotomía entre camarón al hombro y el móvil en la mano...
Ver el adjunto 94597
La calidad? Pues la que me de, sin más. Total, no voy a editar un fotolibro...
Saludos a todos.