No, no es un titular victorioso. Entre las 45 fotografías premiadas en el World Press Photo de este año, 35 imágenes tienen sus datos EXIF disponibles, de las cuales tres se tomaron con cámaras Fujifilm. Un pírrico 8,5% de un pastel dominado, al igual que en anteriores ediciones, por las cámaras réflex de Canon y Nikon. Nada nuevo bajo el sol siete años después de que se empezara con eso de que «las sin espejo son el futuro».
Pero lo cierto es que la Serie X es la única representante entre las imágenes premiadas tomadas con cámaras mirrorless, concretamente dos capturadas con la Fujifilm X-T1. Más mérito si cabe tiene el segundo premio de reportajes deportivos (ajedrez), otorgado a la historia del checo Michael Hanke, usuario de la primigenia X100. Sorprendentemente, no hay ni rastro de Micro Cuatro Tercios, ni de las alabadas Sony de formato completo…
Visto así, estos tres premios no son un dato tan malo para la Serie X. La mayoría de trabajos son obra de fotógrafos de agencias o de medios de comunicación importantes donde, ya sea por un mayor soporte y disponibilidad de equipo, rendimiento puro y duro o simple inercia, las réflex de Nikon y -especialmente- Canon siguen siendo el estándar de facto. En los proyectos más personales, las Fuji tienen una fuerte presencia y habrá que ver si la llegada este año de X-Pro2 y X-T2 no supone una escalada de las estadísticas para el World Press Photo de 2018.
Al margen de la frivolidad de debatir sobre qué cámara se usó con una u otra imagen, os invito a admirar las trabajos premiados de esta edición, en la que el turco Burhan Ozbilici ha sido, en mi opinión, justo ganador con sus impactantes fotografías del asesinato del embajador ruso en Turquía.
Vía Photolari.