Tuve la oportunidad de observar a este chico (el que está sentado) un largo rato ayer en Guadalupe (la localidad más bonita de España y cercana a mi localidad de residencia, Cáceres). Mientras yo comía, él esperaba... y tuve la sensación de que se exponía para que alguien viera su tristeza, su esperanza, su sueño... No sé qué pasó al final, porque en el tiempo que transcurrió entre que yo comí en una terraza próxima a él e hice las visitas (y fotos) oportunas, él no se movió del centro de las escaleras que, muy transitadas, llevan a la puerta del Monasterio. La gente se hacía fotos y selfies allí a su lado y pasaba veloz sin fijarse en él... No se movió. Y tampoco dejó de sujetar ese pañuelo de papel que fue lo que, en primer lugar, me...