Una helada noche de alta montaña, -5º marcaba el coche, pero creemos fueron menos especialmente cuando tiraba el aire.
Los donetes que llevé de tentempié se nos congelaron literalmente, y el termo del café se me cayó al congelarse la rosca y contraerse.
Menos mal que contaba con la compañía de @Sr. Parrish y otros dos amigos para olvidarnos del dolor de los dedos entre chistes y chascarrillos.
Finalmente se nos pasaron 4h volando (+3h de coche) y no volví con muchas fotos, pero la recarga de pilas de vivir así la naturaleza nocturna asturiana (con o sin cámara) a mi me mereció mucho la pena.
En cuanto a las fotografías, trabajamos en dos fases:
Las primeras horas en total oscuridad, era imposible ver el lago a simple vista, había que...