Hacía tiempo que no participaba en el foro, aunque entro de vez en cuando para echar un vistazo. Subo, para retomar la participación activa, una foto. Esta vez me gustó cómo solo una mirada, medio perdida entre las sombras, llama la atención y aisla un poco, a primer vistazo, del resto de la composición. Al parecer nuestro ojo está diseñado para ver otros ojos rápidamente y su diseño, el del ojo humano y de muchos animales, la esclerótica blanca por ejemplo, lo está para que la distingamos fácilmente. También existe la certeza que tenemos gran agilidad distinguiendo rostros. Mis últimas lecturas (Arsuaga y un librito muy recomendable de Alfredo Oliva, psicólogo y gran aficionado a la fotografía) apuntan sobre esto. Algo muy interesante...