El oficio de turista resulta cansado y los museos, aparte de, en algunos casos, su poder estupefaciente, ofrecen oportunidades al viajero de descansar un ratillo.
Un saludo.
		
		
	
	
		 
	
		 
	
		 
	
	
		
			
		
		
	
				
			Un saludo.
 
	 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 .
. 
 
		


 
		 
 
		 
 
		