Tengo aversión al fútbol moderno, sus arrogantes protagonistas y el negocio mulitimillonario que le rodea, pero un partido de la liga regional alavesa es un mundo diferente. El ambiente rezuma mucha más autenticidad que en los grandes estadios, y el encuentro de final de temporada entre Izarra Gorri y Lasarteko Olabide me pareció un escenario perfecto para probar las virtudes del Fujinon XF 100-400mm F4.5-5.6 R LM OIS WR en fotografía de acción. Su pareja de baile iba a ser la Fujifilm X-Pro2, de la cual tenía muchas ganas de probar su autoenfoque mejorado.
La verdad es que las primeras impresiones me dejaron un poco frío: el autoenfoque del XF 100-400mm mostraba gran precisión pero tardaba un instante de más en cazar su objetivo en el momento que cambiaba el plano de enfoque. Mi última experiencia con fotografía de acción había dejado el listón muy alto, ya que había utilizado una Nikon D7100 y «el torpedo» Nikkor 70-200mm f/2.8, herramientas muy recomendadas para cubrir eventos deportivos. Tenía en mente todo el rato la facilidad del autoenfoque de la combinación nikonista mientras pensaba: «Claro, no se pueden comparar peras con manzanas. Sigue sin ser posible enfrentar una réflex con una mirrorless en fotografía de deportes, o un 70-200mm profesional de Nikon con una óptica de rango focal tan amplio como el 100-400mm». Hasta que, de pronto, se me ocurrió activar el delimitador de distancia que incorpora el objetivo para acotar la búsqueda de foco entre 5 metros y el infinito. Es ese momento, como por arte de magia, el rendimiento del autoenfoque mejoró muchísimo, y dejé de pensar en Nikon…
Quizá los titubeos del enfoque iniciales tuvieron que ver también con la breve tormenta que se desató al comienzo del partido, que dificultaba la lectura de la acción a la cámara. Por suerte , unas cuantas gotas no resultaron problemáticas para el equipo, ya que el combo utilizado era «WR», estaba sellado y a prueba de salpicaduras y chaparrones norteños. La mayor parte del partido discurrió sin lluvia y tanto la X-Pro2 como la XF 100-400mm se portaron estupendamente, clavando la gran mayoría de ráfagas con enfoque continuo en las jugadas más interesantes.
Acostumbrado a cuerpos de la Serie X con menos buffer, con la X-Pro2 no cambié la dinámica de tirar en modo JPEG para asegurarme ráfagas sin interrupción, confiando que el modo de simulación de película Provia haría un buen trabajo sin necesidad de post-proceso. Fue una buena elección: gracias a la luz del sol difuminada por los nubarrones, había poco contraste entre luces y sombras y el revelado directo de la cámara apenas requirió algunos retoques más allá de los reencuadres. Al final del partido me di cuenta de que era posible disparar rafagas cortas y continuadas en RAW+JPEG sin sufrir apenas retardos de escritura en la tarjeta. Estaba utilizando una Sandisk Extreme Pro UHS-I de 95Mb/s de escritura, por lo que estoy seguro que el rendimiento con una Sandisk Extreme Pro UH-II de 280Mb/s habría sido completamente fluido.
Casi todas las fotos las tomé dentro de un rango focal de 100mm a 300mm, ya que el campo del Izarra Gorri es de tamaño bastante familiar. Aproximadamente dos de cada diez ráfagas que disparé salieron desenfocadas, es probable que muchas de ellas más debido a mi falta de puntería que a un error del equipo. El balance del rendimiento del autoenfoque de la X-Pro2 y el XF 100-400mm resultó muy satisfactorio: no esperaba un porcentaje de éxito tan alto y, a medida que avanzaba el encuentro, iba aumentando mi confianza para probar encuadres más arriesgados.
La luz que había durante el partido era bastante escasa, así que tiré la mayoría de fotos con ISO 1600 en adelante para evitar trepidación. Aun seleccionando un -2 en la opción de «reducción ruido», con el fin de minimizar la pérdida de detalle a ISOs altos, el ruido apenas hace acto de presencia en las fotos. La calidad de imagen del objetivo me parece soberbia de 100mm a 300mm. Aunque en el extremo tele, a 400mm y ampliando la visualización de la imagen al 100%, se nota una pequeña merma de nitidez y contraste, el rendimiento óptico en general me parece espectacular para un super-tele-zoom de rango tan amplio.
Hasta ahora, la fotografía de acción había sido un campo vedado para el sistema de Fujifilm, al ser el Fujinon XF 50-140 mm f2.8 OIS WR un teleobjetivo de alcance insuficiente para muchos escenarios. Con la llegada de la X-Pro2 y el Fujinon XF 100-400mm F4.5-5.6 R LM OIS WR, se superan por fin las limitaciones. Después de ver los resultados finales de esta sesión, por primera vez tengo la sensación de que la Serie X está capacitada para cubrir cualquier tipo de situación fotográfica sin problemas.
Buenas fotos, Jon! Encuentras mucha diferencia entre el enfoque de la XT1 y la xpro2?
He advertido que en las situaciones en las que la X-T1 muestra un autoenfoque dudoso, la X-Pro2 enfoca de manera más segura y rápida. En escenarios de buena iluminación, apenas noto gran diferencia, salvo en el seguimiento de autoenfoque donde la X-Pro2 está un paso adelante.