En la última presentación de los últimos lanzamientos de la serie X en Barcelona, pocos repararon en una importante declaración por parte de los responsables de Fujifilm, más allá de las bondades de las nuevas Fuji X-E2 y Fuji XQ1. Cuando pregunté sobre si se aplicaría a otros modelos de la serie X la filosofía seguida con la Fuji X100 de mejora continua a través de actualizaciones de firmware, la respuesta fue claramente afirmativa. Fujifilm se ha comprometido a seguir cuidando a largo plazo a sus cámaras y por ello, aunque no lo pudimos confirmar oficialmente, es de esperar que cámaras de primera generación como la Fuji X-Pro1 o la Fuji X-E1 sigan siendo vitaminadas a través de un firmware actualizado, tal como comentamos hace unos meses.
En un mercado fotográfico donde prima el bombo y platillo para las nuevas cámaras y el olvidar los viejos modelos, Fujifilm se atreve a seguir invirtiendo recursos en equipos descatalogados. Estamos hablando de una empresa y, como tal, su meta evidente es ganar más dinero y vender nuevos productos. Por tanto, no hace falta ser un genio del marketing para intuir que tal vez están tirando piedras contra su propio tejado: muchos usuarios de la Fuji X100 no se verán tan tentados para lanzarse hacia la Fuji X100S al ver su cámara renacida con la instalación del último firmware 2.00. Es probable que pase lo mismo con la Fuji X-E2 si somos conscientes que podemos esperar mejoras en nuestra Fuji X-E1 como la posibilidad de configurar del ISO automático y, probablemente, una mayor optimización del autoenfoque.
Dejando de lado lo evidente a corto plazo, es previsible que esta estrategia sea una publicidad que reporte a Fujifilm muchos más beneficios en el futuro. Si voy a invertir cientos, tal vez miles de euros en equipo fotográfico, aspiro a que me cuiden como usuario. La compañía nipona se está destacando por ser una marca fotográfica que saca actualizaciones de su equipo mucho durante un periodo más largo de lo razonablemente esperado, que escucha a los fotógrafos e implanta en sus productos aquellas mejoras que considera más demandadas. Y si además hablamos de la excelencia técnica y el inmejorable diseño de cámaras y objetivos, nos encontramos con un núcleo cada vez más creciente de usuarios poco susceptibles a cambiar a otras marcas y que serán fieles a la serie X de Fujifilm por razones muy sólidas, más allá de «fanboyismos» y artificios publicitarios.
También es una muy buena política para quitarse stocks de cámaras que ya estén descatalogadas y garantizarse que si a alguien se le estropea la cámara o la pierde, vuelva a lo mismo. Fuji esta haciendo un gran trabajo de fidelización con los clientes y es algo que se agradece y mucho el saber que tu cámara no se va a quedar abandonada.