Los señores de Fujifilm tuvieron a bien dejarme el Fujinon XF 100-400mm F4.5-5.6 R LM OIS para que lo probara y reprobara a mi antojo, de modo que pensé «¿pues sabes qué?, no voy a sacarlo de la cámara en todo el mes, ya me buscaré la vida». Y bueno, para alguien que a más angular es la lente más cómodo se siente, y que todo lo ve como un paisaje, representaba todo un reto; aunque por otra parte, ¿qué mejor manera de auto-obligarse a salir de la zona de confort con un caramelillo así?
Si eres de las personas que solo leen reviews con mucha información numérica y comparaciones pixel a pixel, te haré un super-resumen ahora mismo para ahorrarte tiempo y que no te hernies leyendo: el objetivo es una puñetera pasada, pesa un pasote y se paga que te pasas, pero pese a lo que pesa y pica, apenas puedo ponerle pegas. En serio, es sublime. Vale su peso en oro, y viéndolo así, resulta hasta barato.
Para no ir repitiendo lo mismo en cada foto, aclaro que todas las imágenes que puedes ver en el artículo están tomadas a pulso, sin trípode, y fotografiadas por alguien que, sinceramente, no podría haber sido cirujano de ningún modo. La cámara usada ha sido en todos los casos una Fujifilm X-T2 con el firmware 3.00.
Después de haber pasado de Full Frame al sistema X de Fujifilm hace aproximadamente un año y medio, ya me he acostumbrado y acomodado a cargar con poco peso, y lo primero que me sorprendió cuando sostuve el Fujinon XF 100-400 mm F4.5-5.6 R LM OIS es que pesa un huevo y medio. Es decir, comparado con objetivos similares de otras marcas es más liviano, pero pesa bastante más del doble que el objetivo Fujinon más pesado que tengo, el 55-200mm. Paradójicamente, como fue la única lente que usé durante todo el mes de prueba, la llevaba pegada a la cámara en una bolsa de tipo bandolera y me resultó más cómodo que ir acarreando la clásica mochila fotográfica donde suelo llevar todos los cacharros. Con la anchura ocurre exactamente igual; cuando «desenfundas» y hay alguien delante, es raro que no escuches algo como «¡Vaya pepinaco!». Para fardar es único, pero vigila, si estás habituado a sacar tu Fuji y ver un 23mm f/2, por ejemplo, hasta que te acostumbres a ver el 100-400mm adherido a la cámara te pueden dar tres o cuatro embolias del susto. Aún así, que no cunda el pánico, es ancho como el túnel del Cadí, pero cuando se recoge en su posición más corta (100mm) y se le pone el parasol al revés para guardarlo, resulta hasta «cuqui», bueno, dejémoslo mejor en «entrañable».
Y hasta aquí llega la totalidad de los aspectos negativos, porque a partir de ahora todo lo que me queda por exponer son ejemplos puntuales escogidos de entre el mogollón de veces que se me cayó la baba disfrutando como un poseso de esta maravilla.
De saque, me quedé alucinando porque no importa a qué focal lo utilices, la foto te queda nítida a rabiar aún abriendo el diafragma a tope en cualquiera de sus focales. Veamos algunos ejemplos:
- A 100mm. Justo antes de recibir el fiero ataque de una paloma en el Maremagnum (Barcelona).
- A 200mm. Milano negro en pleno vuelo (y sí, he tenido que buscar cuál era el nombre exacto de este fantástico animal).
- A 300mm. Unas dos horicas que tuve que esperar para fotografiar a esta preciosa y peculiar cría de reno blanco para poder pillarla a solas y despierta de la siesta.
- A 400mm. Si necesitas más nitidez no dudes en hacérmelo saber, ¡por favor! (pero recuerda que ella te está vigilando…)
Otro aspecto que me sorprendió mucho, y muy gratamente, fue el estabilizador. Como ya he insinuado antes, mi pulso no es digno —ni por asomo— de un francotirador, sin embargo fui capaz de sacar esta foto de la Luna a la primera (a las 8 de la tarde y estando la Luna casi literalmente encima de mí. Apunto estuve de tener que hacer el pino-puente para dispar, sin embargo la foto tiene una nitidez brutal).
Aquí va otro ejemplo, una foto tirada a 400mm y a 1/125 de velocidad.
En otro orden de cosas, y contrariamente a lo que muchas personas creen, un objetivo de estas características es perfectamente válido para la fotografía de paisaje. Obviamente, nos podemos ir olvidando de escenas con muchos ingredientes, caben pocas cosas en el encuadre, pero igual que suele ocurrir con las ensaladas: no es cuestión de echarle un sinfín de ingredientes, sino que los que le vayamos a echar sean buenos, de calidad. Lo que sí debemos tener presente es que este tipo de paisajes no suelen tener demasiada profundidad, digamos que no son excesivamente tridimensionales; la compresión de planos crea el efecto contrario al que se obtiene con un gran angular. Si bien, lejos de ser una limitación, hay que tomárselo como una forma distinta de componer, donde los colores, la luz, y escoger bien cómo y dónde sesgar la escena, se convierten en nuestros principales recursos.
Esta foto la tomé desde la cima de una montaña a otra. Siendo verano, estaban los telesillas parados, y ya que estaba más solo que la una, aproveché para montarme en el que estaba más alto e ir disparando fotos a la montaña de enfrente cuyas nubes y formas cambiaban a velocidad de vértigo. Con el sol ya muy bajo calentando lo justo, y el aire balanceando a su antojo el telesilla, fue uno de los momentos más épicos y relajantes de mi vida.
En esta otra ocasión estábamos de ruta con un amiguete con la intención de fotografiar algún animal salvaje, de repente, un todo-terreno irrumpió nuestro tranquilo paseo bajando por un polvoriento camino como si llevara a una mujer a punto de dar a luz. En cuestión de segundos todo se llenó (y nos llenamos) de polvo, y justo antes de empezar a comentar nuestra impresión acerca de el conductor y de sus familiares más cercanos hasta unas siete generaciones atrás, miramos a la izquierda y fue como: «¡¡Mira, rápido, saca la cámara, saca la cámara!!» Y esta foto fue el resultado. Doy fe de que ni la cámara ni el objetivo se inmutaron interiormente, de modo que muy bien por el sellado de la X-T2 y el Fujinon XF 100-400 mm F4.5-5.6 R LM OIS.
Nunca deja de sorprenderme el freakismo extremo que existe acerca del desenfoque y los niveles de cremosidad del bokeh, y como es algo que me supera, pongo aquí estos cuatro ejemplos y que cada cuál saque sus propias conclusiones.
Para ir concluyendo, baste decir que ha sido el objetivo que más me ha sorprendido de todos los que he probado nunca. Fujinon tiene objetivos que son impresionantes (de hecho, la mayoría), eso es sabido por todos, solo que siendo consciente de lo difícil que es conseguir dichos estándares de calidad en este tipo de focales, confieso que no me lo esperaba. Le hice un retrato a una amiga por probar, un primer plano, y el nivel de detalle es poco menos que espectacular (no publico la foto aquí porque me gustaría seguir con vida unos cuantos años más). Respecto al enfoque, no creo que nadie quede defraudado, con la X-T2 se llevaron a las mil maravillas. Todas las veces que «fallé» alguna foto las achaqué a fallos míos, casi siempre por no estar lo suficientemente preparado para la ocasión, pero cuando estaba al acecho, la efectividad del combo cámara-lente era bestial. Sólo en una toma a contraluz hizo un bailoteo de más para enfocar, y estoy convencido de que si hubiera tenido la X-T2 actualizada a la versión 4.20 otro gallo hubiera cantado.
Expuesto lo expuesto, la única pregunta que debemos hacernos es si compensa el desembolso que debemos hacer y el peso que debemos cargar para el tipo de fotos que hacemos. Yo se lo pregunté a este amiguete y se quedó un buen rato pensativo.
Hay que tener claro que no es un objetivo versátil para todo el mundo, quiero decir que no es una lente que digas: — Me voy de vacaciones a la costa seis días, me llevo la X-T20 con el 23mm f/2, el 35mm f/2 y el 100-400mm —. No. Es un cristal que te lo llevas para hacer un tipo de fotos concreto. ¿Que cuando lo llevas contigo puedes hacer diversos tipos de fotos? Como ya he comentado antes, sí, por supuesto, pero para el 90% de usuarios, el Fujinon XF 55-200mm f/3.5-4.8 R LM OIS será una opción mucho más práctica con un nivel de calidad que también quita el hipo. Y en Fuji lo saben perfectamente, pero es una óptica obligada para tener una linea completa. Desde su aparición, el fotógrafo que se dedica a la Naturaleza o a cubrir eventos deportivos, sabe que dentro del sistema X de Fujifilm tiene una herramienta que les ha salido redonda y que cubrirá todas sus necesidades profesionales, y eso es un factor determinante cuando alguien quiere dar el salto a un nuevo sistema fotográfico. Por si fuera poco, este Fujinon XF 100-400 mm F4.5-5.6 R LM OIS se lleva a la perfección con los duplicadores de la casa, el XF1.4X TC WR y el XF2X TC WR, conservando el sellado contra las inclemencias y manteniendo la consabida calidad.
Ahora me toca devolverlo, y confieso que la ligereza que voy a recuperar no compensa si lo comparo con las fotos que voy a dejar de hacer, pero eso es algo que cada fotógrafo debe sopesar. Lo que puedo garantizar sin duda alguna, es que si decides hacerte con él, te va a entusiasmar.
Última actualización el 2024-11-20 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
Haciendo un esfuerzo me ofrezco voluntariamente para que los señores y señoras de Fujifilm me presten durante un mes el Fuji 200mm f2.0
Has disfrutado, eh??
Yo, desde que lo probé por primera vez, me quedé perplejo. He tenido muchos objetivos y de este tipo, pero este es… un gustazo. Tanto, que es lo que más me ata sin duda a Fuji. Porque la combinación con la cámara es mágica.
Me encanta el resultado. Su uso. Colores que obtiene, nitidez, contraste… Todo.
De todo lo Fuji que tengo a día de hoy, es mi preferido. Siempre me satisface. Aún después de un año, me sorprende.
Saludos.
Sí, desde luego que mala pinta no tiene, no… 😀
¡He disfrutado cosa mala, Ángel 😀 ! Y sí, coincido contigo, es como si el objetivo hiciera las cosas fáciles para que la foto salga fabulosa 🙂 ¡Abrazote y muchas Gracias por comentar!
Muy buenas fotos, Dani, me ha gustado mucho tu review! Yo estoy convencida de lo bueno que es el XF 100-400 mm pero la próxima vez haz una reseña de algo que me alcance con mi sueldo de media jornada xD
¡Muchas Gracias, Booom! Me alegra que te haya gustado la reseña. Tú ves ahorrando un poco cada mes y al final es tuyo seguro 😉
Muy buenas fotos e impresiones Dani. Yo trabajo en la aviación y créeme que me encantaría probar un bicharraco de estos para hacer algunas fotos del avión en alguna de sus exhibiciones. No se yo como se comportaria con la xpro2…
La verdad que me ha impresionado gratamente este objetivo (aunque no entra dentro de mis prioridades)
Buen articulo compañero, cuando me cambié de sistema de Nikón a Fuji hace ya casi dos años, lo primero que compré la X-T2 y el fujinón 100-400 mm. yo soy un fotografo de naturaleza y acción y puedo corroborar que estoy disfrutando de ese objetivo y en muy pocas ocasiones he añorado mi antigua Nikon D-4s y mi 300 mm. F/2,8 ahora lo tengo montado siempre con la X-H1 y es el objetivo que más utilizo. veremos ese 200 f/2 mas adelante… jejeje.
Saludos.
¡Muchas Gracias, Jose Antonio! ¡¡El 200 f/2 con la X-H1 tiene que ser también un combo de miedo!! 😀
¡Muchas Gracias, Jose Figueredo! Estoy seguro de que con la X-Pro2 se comportará igual de bien (eso sí, visori digital, claro 😀 ). ¡Un saludo!
Genial, yo lo tengo, y por una averia en la XT2 no lo he podido saborear, però vengo de nikon con el 200-500, y ese quilo de menos se agradece….la verdad que estabiliza muy bien y el reducido tamaño, en comparación a otros también ayuda en los disparos a pulso…yo lo llevo fijo en la Fuji…es una pluma…bonito pollo de buitre en la última foto…
Yo lo tengo desde hace seis meses y estoy encantado con el, has sido un esfuerzo económico grande, pero ha merecido la pena y mucho.
Coincido contigo en todo Daniel, la calidad es increible y el estabilizador impresionante, yo he fotografiado la luna como tu, en 400 mm y a pulso y la colidad es magnifica.
Lo del peso es el único inconveniente pero ya me he adaptado y genial.
Un saludo y gracias por tus mensajes y fotos que son una maravilla.
Como crees que se lleva con la xt30? En este caso tambien se puede usar el teleconvertidor?
Muy buen artículo, gracias