El pasado miércoles tuve la suerte de poder asistir a una de las visitas que realiza el Betis a los niños que se encuentran ingresados en los hospitales. En mi caso les acompañé al Hospital Virgen del Rocío, donde entre otros, hay una unidad de oncología pediátrica.
Respecto a la visita le das vueltas, piensas mucho en ello, incluso te cuestionas si esas fotos las quieres hacer. No me suele gustar fotografiar el dolor o la pena, trato de no hacer fotos a personas en situaciones de indigencia o similar, al menos la típica foto oportunista que no sirve de mucho, aunque a veces ponerlas en un escaparate haga que tomemos algo de conciencia de una realidad. En el caso que me ocupa un buen amigo con el que comentaba la situación me dijo que no me equivocara, que los niños que iba a ver eran tremendamente felices por tener allí a sus ídolos del deporte, una alegría en su rutinaria convalecencia. Lo cierto es que aunque se pasa mal, es así.
En todo momento lo que prima son los niños, los regalos y hacerle felices. Se te piden detalles que cualquiera que tenga un poco de sentido común va a respetar, no ser intrusivo, no usar el flash…. En este escenario de nuevo se me planteaba la duda de si llevar la Fuji X100F o la X-T2, y de nuevo me decanté por la X100F. En este caso lo hice por su silencio y por su discreción. Me llevé también la Instax Share SP-2, pensé que si había oportunidad de regalar alguna instax los niños se volverían locos de contentos, y así fue. No hay mucho tiempo para enviar e imprimir, así que trabajé en simulación Classic Chrome, aunque para subir a fujistas he preferido revelar en simulación Acros + R con Camera Raw.
El último punto que me preocupaba era el subir a internet fotos de menores, he leído acerca de esto y, aunque nadie se ha quejado (todo lo contrario, todo el mundo fue muy amable) y los familiares saben que se realizan fotos y video, en mi caso es algo que prefiero no hacer y he pixelado las caras de los menores. En muchos casos no subo la foto porque así, pixelada, pierde totalmente su esencia, pero en otros, aunque la foto se desluce totalmente, lo he preferido de esta forma para que nadie se sienta molesto.
Después de las fotos dejaré unas reflexiones acerca de la experiencia vivida, creo que es mejor ahí, después de ver las fotos y entrar un poco en situación.
Yo soy padre, tengo un niño y una niña pequeños, por lo que sabía que lo que iba a ver podía ser duro, de hecho lo fue. Mientras estás allí y te vas aclimatando a la situación con la cámara te das cuenta, pero no lo interiorizas todo lo que lo harás después. Sí hubo un par de situaciones especialmente crudas que te golpean, te recompones y sigues viendo cada rincón, donde hay fotos por todas partes.
El problema llega cuando sales de allí. La primera reacción fue un sentimiento de repugnancia hacia cualquier tema superficial, hacia temas que ocupan el tiempo de todos nosotros, cualquier cosa que no sea transcendental te la cuestionas como una estupidez. Te sientes muy abatido, muy triste, es cierto que los niños son felices en la visitas, pero el fondo de esta situación es tan sumamente triste que te llega a afectar. Al día siguiente seguí bastante triste, revisaba las fotos, «revelaba» los RAF y lo dejaba, no tenía ganas de revivirlo… poco a poco lo asumes, lo aceptas y todo se va normalizando. A tus niños los ves de otra forma, se siente mucha más ternura, un sentimiento de protección hacia ellos mayor si cabe que antes.
Te das cuenta de la labor de mucha gente, de gente muy buena que se implica en obras sociales, participa colabora, motiva a otras. Es digno de alabanza trabajar cada día en este escenario y seguir adelante con una sonrisa y con ganas de comerte un día tras otro.
[asa2]B01J9Q0ZEQ[/asa2]