La historia de esta foto no fue fácil. Era la primera captura con mi nueva configuración de astrofotografía: cámara Fujifilm X-T3 y objetivo Canon EF 400mm f/5.6L. En un arrebato de emoción, aquel día no se me ocurrió mejor idea que desplazarme hasta Jarandilla de la Vera para bautizar el nuevo equipo.
A la vista de la tontería, el Universo se conjuró para no ponerme las cosas fáciles. Y es que con solo 20 capturas de la nebulosa, la cámara se apagaba: batería agotada.
Después de haber recorrido más de 200 km. hasta Jarandilla, no estaba dispuesto a rendirme. Tras reemplazar la batería, mi siguiente objetivo era la Nebulosa de Orión. No hubo manera: el frío, mi falta de pericia con el nuevo equipo, el cansancio del viaje y el Universo...