Este verano retorno a mi siempre añorado occidente astur por enésima vez (ya he perdido la cuenta). De nuevo desoigo el consejo de Sabina en su canción "Peces de ciudad": "Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Y cada año que pasa lo hago de una manera más "conformista", más "realista": los años ya no pasan en balde y esta vez tendré que cuidarme de arrimarme demasiado a las verticales porque mi sentido del equilibrio ya no es el mismo, por no hablar de la simplificación del equipo, que queda reducido a una Lumix GX9 (mi fiel compañera de los últimos tiempos) armada con su Lumix 12-32 mm. y el 35-100 mm. f:4 exclusivamente; y la Fuji X-T20 con el Fujinon XC 15-45 mm. 3.5 y con la única duda de añadir el 18 mm. f:2 o el 27 mm. f:2.8 WR (aunque los equipos se irán alternando de día en día, obviamente, para ir más ligero). Ya os iré contanto. Me sentiré muy afortunado si consigo gozar, de nuevo, de la suerte que propició las que probablemente sean las fotos que resumen la mejor experiencia vivida y recordada de muchas en el Paraíso: estas
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