Esto es ya una opinión personal, pero me parece mucho más "honesto" clonar una lata o una farola que hacer fotos en la línea editorial de medio de turno en el que si te sales del discurso te despiden, o ir a una guerra a hacer fotos sólo de los niños asesinados del bando con el que simpatizas, algo que ocurre a diario en todos los medios de comunicación, y cuando digo todos, son todos.
El tema del reportaje y los periodistas da para mucho y no creo que McCurry en concreto haya sido el peor ejemplo en todo esto. Lo que ocurre es que es de los fotógrafos más conocidos del mundo y por eso canta más, pero esto bastante más común de lo que parece.
Además,
él comenta que las fotos retocadas fueron en viajes personales, no para reportajes concretos en publicaciones. Entonces, ¿no puede borrar una señal o una lata si quiere? Aquí lo vemos todos los días e incluso se sugiere. Así que si aquí alguien que se dedica al fotoperiodismo, hace un viaje personal, toma una foto y borra una señal, y luego hace una expo y vende la foto, ¿está siendo deshonesto?
McCurry la caga porque en lugar de explicar lo que acabo de exponer le echa torpemente la culpa a uno de su equipo de revelado. Que igual es hasta cierto, pero suena a excusa barata. Algo le remordería la conciencia, sin duda, pero no creo que sea como para denostar toda su carrera de medio siglo, que se dice pronto.
Lo cuenta como anécdota, no como dogma, es decir, en su juventud hacía esas cosas pensando que le protegerían de una mina.
McCurry no es un pseudohéroe y no es una "historia rara". El libro está lleno de escaneos de documentación, fotos con la gente que fotografió, etc, es decir, evidencias de que eso ha pasado. Es un documental escrito sobre su carrera, no tiene ninguna necesidad de mentir en anécdotas de ese tipo, sería ridículo ni ganaría nada.
Saludos.