Desde el 2011 he tenido la suerte de viajar a los países más icónicos de África y Asia, pero a finales del 2017, sentí la necesidad de dar un pequeño giro, y descubrir algo diferente, por lo que decidí mirar más allá de las tribus africanas, el hinduismo o el budismo. Por ello, me lancé a la búsqueda de nuevas sensaciones y lugares más desconocidos, en este caso fue el mundo árabe, aunque no era la primera vez.
Mi primera incursión en esté mágico mundo fue en el año 2016, cuando fui a Marruecos por primera vez y quedé embelesado por la fuerza de la cultura del país y por el poder que esta ejerció sobre mí. Por ello, dejé la puerta abierta al mundo árabe, y esta vez lo tenía claro: quería irme a Irán a principios del 2018.
Inicialmente decidí con ilusión e inquietud aventurarme en Irán, la cuna de la antigua cultura persa, sin embargo, tuve la mala suerte, ya que, cuando la decisión estaba tomada, surgieron a principios de 2018 las revueltas en la ciudad de Mashad, las cuales, se extendieron rápidamente por el resto de las grandes ciudades, creando un ambiente de inestabilidad e inseguridad que no garantizarían mi total seguridad como turista occidental.
Vacilé por unos días, pensé que no era el momento de viajar. Tenía ganas de descubrir el mundo, pero con la moral algo renqueante, me costaba ilusionarme por otro nuevo lugar. Y de repente pensé ¿por qué no Jordania como alternativa a Irán? y en ese momento tomé la decisión y compré el billete rumbo al país que acoge la imponente Petra, la ciudad perdida de los Nabateos.
Fotografiando Jordania con Fujifilm
Ir a Jordania significa bucear por la historia antigua. Sus tierras han acogido fascinantes civilizaciones como babilonios, persas, asirios, egipcios, griegos, romanos, cruzadas cristianas o los turcos otomanos. Su rica historia ha sido básica para entender en parte el origen de la sociedad occidental actual. Al igual que otros países de Oriente Medio, Jordania ha influido a su modo, en la creación de las primeras sociedades del mundo occidental. Así pues, visitar Jordania supone conocer parte del origen de nuestras raíces europeas, y por supuesto, el origen de las grandes religiones.
Jordania es caminar entre mezquitas y ruinas romanas, perderse por calles perfumadas de jazmín y cardamomo, dejarse llevar por los rezos de las mezquitas al Corán o compartir una taza de té negro en el desierto con beduinos; Como tantos otros países, allí se vive una experiencia única, y con una cámara en mano, supone un mundo de posibilidades a fotografiar.
Una vez me dijeron: “Es muy difícil fotografiar personas en el mundo árabe, son reacias a posar, y creen que si son fotografiadas, les roban el alma para siempre”. Al igual que en Marruecos, fotografiar personas en Jordania supone un reto engorroso para el fotógrafo. Antes de fotografiar a cualquier desconocido en Jordania, estos ya suelen estar alerta de nuestras intenciones, y si no se es lo suficientemente ágil y se es descubierto fotografiando, se puede recibir una reprimenda de campeonato en forma de gritos y amenazas en árabe, y creedme que, aparte de no entender que es lo que dicen, no es nada divertido.
Más allá de dificultades de campo y otros consejos fotográficos a tener en cuenta antes de fotografiar en países árabes, fotografiar en Jordania, supuso para mi dar un paso adelante en mi estilo fotográfico. Debido a las dificultades explicadas, la situación me empujó en numerosas ocasiones a componer las fotografías de una forma nueva y diferente; Fotografiar en Jordania me alejó del estilo de fotografía documental que suelo adoptar cuando viajo a otras culturas, y sin dejar de lado mi propio estilo, traté de enfocar el trabajo como si fuera fotografía de calle, y sin duda, los resultados fueron divertidos y mejores de lo esperado.
Conectando culturas a través de la fotografía
Me gusta sentirme el embajador de las personas, uniendo culturas dispares a través de la fotografía. Siento la responsabilidad de revelar y mostrar los secretos y la intimidad de los países que visito a los espectadores que observan lo que hago. La fotografía es una herramienta simple, pero a la vez eficaz para conectar personas de todo el mundo, sirve para romper barreras. Persigo reflejar la privacidad y la magia que desprende una escena determinada, en un momento preciso, en la vida de alguien desconocido. Ese elemento mundano que busco reflejar, es la parte que más me seduce y fascinación me produce.
Equipo fotográfico con Fujifilm
Una vez más salí en busca de aventuras e historias que contar con mi combo preferido: una cámara Fuji X-T2 con dos objetivos que siempre cubren todas las situaciones a las que me enfrento: el Fujinon XF 16mm F1.4 R WR y el Fujinon XF35 mm F1.4 R. Ambos siempre me ofrecen la mejor combinación posible para viajar: El 16mm es perfecto para calles estrechas, interiores (templos, mezquitas, iglesias, cuevas, etc.) , mercados callejeros y también, para poder incluir más elementos en una fotografía y así, poder dotar a esta de mayor contexto.
[asa2_collection tpl=»Carousel»]18[/asa2_collection]
El 35mm también es una gran alternativa para las calles, pero además, me ofrece la focal perfecta para hacer retratos, aproximándome lo suficiente al sujeto, pero sin llegar a molestar.
Sin embargo, a veces me parece un proceso algo tedioso el tener que cambiar de objetivo continuamente, por lo que estoy considerando seriamente hacerme con un segundo cuerpo para no perder ninguna oportunidad y ser más rápido en la ejecución.
Pese a que no tengo focales fijas más largas de 35mm, ir al mundo árabe con un XF50mm f2 o un XF56mm f1.2 podría ser una alternativa a tener en cuenta debido a la dificultad de fotografiar personas. Una cámara pequeña como la X70 o la X100F, también podrían ser buenas alternativas para pasar más desapercibido, o para aquellos que les cuesta más hacer fotografía. En mi caso no fue necesario, ya que siempre he sido un poco descarado y atrevido para acercarme lo suficiente, y pese a los riesgos, disparar.
Hola José:
Magnífico artículo y fotos! Solamente puntualizar que Marruecos e Irán no son culturas predominantemente árabes. Casi la mitad de Marruecos no lo es, y la presencia árabe en Irán es mínima y se reduce a las zonas costeras. No ocurre así con Jordania, donde en Petra apareció la primera prueba escrita de su existencia.
Saludos y gracias por compartir tus aventuras
Muy buenas fotos y gran viaje.
Una pena que la situación actual no lo permita, pero Siria era una de las joyas de la zona hasta hace unos años y el mejor complemento al viaje a Jordania, mucho menos visitada pero mucho más «visitable» con diferencia (excepto Petra que es una maravilla)
Te recomiendo mucho que hagas el viaje a Irán ya, cuanto antes. Si la situación política con USA empeora y hay sanciones otra vez podría cerrar/endurecer el acceso de turistas en represalia, todo depende de la posición de la EU en el conflicto. Si necesitas algo de información no dudes en preguntar.
Aunque ocurre muchas veces que se asimila el mundo árabe al mundo donde el Islam es religión mayoritaria, efectivamente no es así en Marruecos e Irán, como comenta Javier
No soy experto en estos temas pero diría que Marruecos es tan bereber como árabe, sino más posiblemente e Irán las etnias árabes deben ser muy muy minoritarias.
¡Hola!
Muchas gracias por tu comentario, y también por tu tiempo en leer el artículo.
Te dejo la definición del mundo árabe: Se llama mundo árabe o países árabes al conjunto de los países en los que habita el pueblo árabe o la lengua árabe son mayoría. El mundo árabe, está formado por los países occidentales del Medio Oriente, específicamente a los de la península arábiga, y a las naciones del Magreb y el Cuerno de África. Por extensión, se designa con este nombre asimismo a la comunidad mundial de personas que forman los que tienen el árabe —en sus múltiples variantes— como lengua materna.
Ahora bien, tal y como comentas: Hubo asimismo otros que adoptaron el Islam pero no la lengua árabe: es el caso de las minorías no árabes en estos países (bereberes, kurdos, nubios) o bien se trata de regiones tempranamente conquistadas y que mantuvieron sus lenguas originales, como sucede con Irán, Turquía, Pakistán y España
Dicho esto, Irán y Jordania pertenecen a Medio Oriente, y aunque sean de minoría árabe, al igual que pasa en Marruecos como bien comentas, siguen siendo considerados países del mundo árabe.
Gracias por escribir, tomo nota de tus comentarios.
Un abrazo