Del domingo, un día para fotos realmente malo. De paseo por la albufera en un día de polvo en suspensión, cielo horriblemente feo y con una luz que no se, no se. De repente aparece la pescadora, posándose en su altar, acicalándose un ratito, unos minutos y emprende el vuelo, se posa más cerca pero no tarda mucho en marchar.
En unos 15-20 minutos regresa y vuelve a posarse continuando con su arreglo de plumaje, relativamente tranquila porque también aparecen dos gaviotas que se tiran una y otra vez sobre ella con la finalidad de que abandone ese altar y ocuparlo una de ellas. Pero la pescadora sin inmutarse continuo con su acicalamiento. Las gaviotas desisten y se van y al poco ella también.
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