A grandísimos rasgos y generalizando mucho, los objetivos crecen a medida que se aleja su distancia focal de la diagonal del sensor, es decir, cuanto más se alejan del estandar y cuanto más luminosos son (por ejemplo el típico pancake ronda los 45 mm en FF, 28 en apsc y 20 en m4/3). De la misma manera, cuanto más se aleja la distancia focal del estandar más grandes han de ser para ser luminosos. Por ejemplo un 50 1,4 no es mucho más grande que un 50 2,8 , pero entre un 24 1,4 y un 24 2,8 siempre hay una diferencia de peso y tamaño muy grande.
Además suele haber un compromiso entre tamaño y calidad, son un ejemplo claro las lentes tipo pancake donde optienes un tamaño muy reducido a cambio de un viñeteado considerable.
Tengo entendido que también hay una ventaja en las cámaras sin espejo ya que al tener una distancia de registro muy inferior a la de las SLR, se puede prescindir del diseño retrofocal en angulares por encima de los 20 mm.
Esto ya da una idea de que a igualdad de luminosidad los sensores recortados van a ser ventajosos para conseguir ópticas pequeñas.
Pero si quieres igualar la escasa profundidad de campo que tendrías en FF puede que ya no sea tan sencillo, por ejemplo para conseguir la cantidad de desenfoque y encuadre de un 50mm f2 para FF (que suele ser un objetivo muy pequeño) necesitas en m4/3 un 25 f1, no sé si habéis visto objetivos manuales de este tipo o el mzuiko 25 f1,2, pero pequeños pequeños no son.
En resumen, y ya lo he dicho más veces, para mi los sensores recortados tienen una gran ventaja en el tamaño y el precio, pero en cuanto pretendes focles hyperangulares o teles de gran luminosidad te vas de precio y de tamaño, y sólo te quedan desventajas.