Leo que ayer, 20 de septiembre, murió Erwin Olaff, y recuerdo que el pasado mes de julio asistí a la inauguración de una exposición del autor en el edificio del Auditorio del Centro Niemeyer de Avilés. Os dejo la foto que daba paso a la exposición. DEP.
Un saludo.
También unas palabras sacadas del instagram de leiremiska y que, entiendo, son reflexiones del fotógrafo sobre su propio trabajo:
Me estoy haciendo mayor… Pero creo que el gran cambio ha sido que he pasado de ser un fotógrafo a ser un artista que usa la cámara.”
Erwin Olaf, uno de los grandes renovadores de la fotografía actual, ha muerto este 20 de septiembre a los 64 años.
La obra de este holandés, un referente en retrato editorial y fotografía comercial, con una obra, a veces polémica, en la que mezcla fantasía, provocación, erotismo y humor. Por medio del uso de atmósferas de corte introspectivo y psicológico, las fotos de Olaf parecen fotogramas de una película.
“De joven me inspiró la foto pura y dura: Newton, Mapplethorpe… Pero ahora, cuando veo una buena foto, no me inspira, la sensación sólo es negativa, porque me da la impresión de que ya se ha hecho todo.
Por eso, lo que me preocupa ahora es cómo lograr que la gente se emocione más con mis fotos. Como cuando escuchas una canción y te da un subidón.
De 1998 a 2004 usé mucho el Photoshop para quitar arrugas, pero descubrí que eso eliminaba la emoción. Y lo que hace que una foto emocione es poder ver la imperfección. Creo mundos imaginarios, pero en los sueños también debe haber imperfecciones.
Lo más difícil de fotografiar es la sonrisa de la felicidad. Hay dos cosas que quiero recuperar: una es el cuerpo, secuestrado por la pornografía; y la otra es la sonrisa, que ha sido secuestrada por la publicidad. Y es increíblemente difícil recuperarla.
En mi trabajo personal quiero que la gente piense en el subtexto de la fotografía. Uso una estética muy estilizada que atrae al espectador, y una vez que cae atrapado por la belleza, espero que capte ese segundo mensaje o concepto sobre lo que es diferente en cada serie.
Hago muchos autorretratos, creo que es una forma de documentar mi estado de ánimo. Ese es el objetivo: captar mi forma de pensar y mi evolución en cada momento. A los 20 yo era muy sexual, a los 50 me preocupan mis problemas de salud.
Me encanta la decadencia, caminar al borde del abismo, que es lo que hago en mi vida. Ya llevo 30 años al borde del precipicio, pero ahora que soy mayor, lo que quiero es una silla.”