No hace mucho tuve la oportunidad de admirar una exposición fotográfica de Rafael Navarro, en el CDAN de Huesca. Aprovechando una de esas salas oscuras en que te proyectan un vídeo, el cañón de luz a una oportuna altura y que estaba sólo en la sala, aproveché para inmortalizarme. Es evidente que la foto no pegaba en la sección de retratos, quizá tampoco aquí, pero me hizo gracia el recuerdo de la película de Murnau y la he subido aquí.
Un saludo.
Un saludo.
