aristharcus
Fujista de renombre
Leica es cara, carísima comprando en nuevo. De hecho los precios de la M11 son un insulto tanto a los que somos amateurs como a los que son profesionales. Hay que vender muchos reportajes para amortizar un cuerpo que pasa de los 8.000 Euros.
En realidad Leica sabe que hoy en día más del 70% de sus clientes que compran cámaras nuevas son gente con muchísimo dinero que por lo general saben poco de fotografía, hacen un par de fotos al gato o al perro y tras una semana piensan: "tanta Leica y tanta gaita y resulta que mi Canikon de 5.000 hace fotos tan buenas o mejores" (para hacer fotos a su gato o a su perro).
Y entonces es cuando se produce el milagro. Esa persona que tiene dinero a escombrar y lo tiene hasta por castigo se harta de una cámara que ni comprende y la lleva a una Leica Store para que la pongan en venta.
Y es entonces los que amamos la marca y que hemos renunciado a otras cosas vemos el precio más cercano, nos emocionamos y compramos.
Las cámaras digitales Leica son las que menos se deprecian. Una M9 que en el 2009 costaría unos, digamos, 5000 Euros, cuesta ahora -si se tiene la documentación completa y certificada- más de 3000 Euros. Una Nikon D700 (una cámara magnífica aún hoy) de la misma hornada que por entonces se vendía a 2500 Euros se compra hoy a 500 Euros.
Y esto es el peor escenario. Para los objetivos la cosa es diferente: Un Summilux 50mm f/1,4 nuevo lo comprabas en 2019 por 3000 Euros. Hoy lo puedes vender ya de segunda mano por esa cantidad o un poco mas. Y además te lo quitan de las manos porque Leica solo fabrica 500 al año y no hay más hasta la siguiente hornada.
Otro ejemplo: Compras un Summicron 35mm f/2 preasférico de segunda mano en el 2004 en estado estupendo por 600 Euros y hoy en día lo vendes fácil por más de 3000 Euros.
Comprando objetivos de segunda mano, el incremento medio de valor anual es aproximadamente, y como media, un 10%.
Y después está el tema de cómo se hacen fotos con una Leica telemétrica. Es lógico pensar que si es una cámara que no tiene nada que ver en su uso a una reflex o a una Mirrorless actual su forma de utilización ha de ser forzosamente diferente.
En realidad Leica sabe que hoy en día más del 70% de sus clientes que compran cámaras nuevas son gente con muchísimo dinero que por lo general saben poco de fotografía, hacen un par de fotos al gato o al perro y tras una semana piensan: "tanta Leica y tanta gaita y resulta que mi Canikon de 5.000 hace fotos tan buenas o mejores" (para hacer fotos a su gato o a su perro).
Y entonces es cuando se produce el milagro. Esa persona que tiene dinero a escombrar y lo tiene hasta por castigo se harta de una cámara que ni comprende y la lleva a una Leica Store para que la pongan en venta.
Y es entonces los que amamos la marca y que hemos renunciado a otras cosas vemos el precio más cercano, nos emocionamos y compramos.
Las cámaras digitales Leica son las que menos se deprecian. Una M9 que en el 2009 costaría unos, digamos, 5000 Euros, cuesta ahora -si se tiene la documentación completa y certificada- más de 3000 Euros. Una Nikon D700 (una cámara magnífica aún hoy) de la misma hornada que por entonces se vendía a 2500 Euros se compra hoy a 500 Euros.
Y esto es el peor escenario. Para los objetivos la cosa es diferente: Un Summilux 50mm f/1,4 nuevo lo comprabas en 2019 por 3000 Euros. Hoy lo puedes vender ya de segunda mano por esa cantidad o un poco mas. Y además te lo quitan de las manos porque Leica solo fabrica 500 al año y no hay más hasta la siguiente hornada.
Otro ejemplo: Compras un Summicron 35mm f/2 preasférico de segunda mano en el 2004 en estado estupendo por 600 Euros y hoy en día lo vendes fácil por más de 3000 Euros.
Comprando objetivos de segunda mano, el incremento medio de valor anual es aproximadamente, y como media, un 10%.
Y después está el tema de cómo se hacen fotos con una Leica telemétrica. Es lógico pensar que si es una cámara que no tiene nada que ver en su uso a una reflex o a una Mirrorless actual su forma de utilización ha de ser forzosamente diferente.