Cuando me invitaron a la presentación de la GFX 100 en Madrid, me dije: «¿a dónde vas tú a probar una cámara de 11.000€?». Pensaba en esta novísima GFX como una cámara prohibitiva que básicamente que sólo la poseerían un selecto grupo de profesionales a sueldo de grandes empresas, del campo de la fotografía industrial, la alta moda, las reproducciones artísticas o con tareas donde esos 102 megapíxeles de resolución de su sensor tuviesen sentido pleno. No obstante, cotilleando en el catálogo de Phase One, Mamiya, Hasselblad, todas ellas marcas sinónimo de formato medio antes de la llegada de la serie GFX (amén de Pentax), me doy cuenta de que esta GFX 100 es, de alguna forma, una ganga a una fracción de precio de otras cámaras con las que rivalizaría en prestaciones, y que ensancha el mercado de su sector a nuevos públicos. No sólo eso, el nuevo buque insignia supremo de Fuji acumula muchos más méritos al ofrecer varias innovaciones de las que es pionera en su formato, como es el veloz autoenfoque con píxeles de detección de fase en sensor y su estabilizador de imagen interno, una maravilla de ingeniería nipona.
Ciento y pico megapíxeles muy bien llevados
Al margen de las reflexiones sobre su precio, que llevaba ya bien digerido al llegar al estudio en el que se desarrollaría el evento de presentación, tenía curiosidad por ver cómo manejaría la GFX 100 esa mastodóntica resolución de 102 megapíxeles. Pues muy bien, oye. En una primera toma de contacto, el tiempo de la grabación en la tarjeta SD no se hace nada largo, y no es muy diferente a lo que podemos esperar en una cámara de la Serie X con cuatro veces menos píxeles en el sensor. Observando las fotos tomadas a x24 aumentos en la pantalla de la cámara podía observar una fidelidad cromática perfecta y una nitidez pasmosa, algo que podría corroborar más adelante en la pantalla del ordenador.
La Fuji GFX 100 llega al mercado el 27 de junio a un precio recomendado de 10.999€
ProFoto, Capture One y Fujifilm, una nueva trinidad para asaltar el estudio profesional.
Claro que los chicos de Fuji no arriesgaron lo más mínimo ofreciéndonos un escenario perfectamente controlado, sacando pecho de la colaboración entre ProFoto y Fujifilm con unas fuentes de luz enormes perfectamente sincronizadas. «Así cualquier cámara es buena» diréis muchos. No tan rápido, vaquero. Hay que estar ahí para ver los ficheros volcados directamente al Capture One. Es preciso ver esas sombras levantadas, esos blancos imposibles recuperados por arte de magia. Esa sensación de HDR sin los artefactos horripilantes del HDR. Y leñe, que son 100 megapíxeles (y pico). Aquí tenéis una muestra a máxima resolución en JPEG y un archivo RAF para que juguéis con el Capture One vosotros mismos. Por cierto, «ProFoto + Capture One + Fujifilm» repetían como un mantra los responsables del estudio fotográfico y los peces gordos de Fuji España. Y es así: esta trinidad es requisito indispensable para abrirse paso en el mundo de los grandes profesionales del estudio fotográfico, que son bastante de «Sota, Caballo y Rey». Si al menos dos figuras de la baraja son accesibles, es mucho más fácil que caiga la tercera.
Peso «soportable» y estabilizador de imagen
Aunque la GFX 100 será, previsiblemente, animal de estudio para muchos fotógrafos, los responsables de Fuji recalcan mucho la idea de que la cámara sigue la misma filosofía de su hermana menor GFX 50S, que no es otra que poder trasladar el estudio a la calle o a cualquier localización donde fuera preciso su uso. Un planteamiento difícil de imaginar para equipos de formato medio varias veces más pesados.
Mi primera impresión al cogerla fue: «menudo bicharraco». Y es que me pasaron la GFX 100 acoplada al Fujinon GF 120mm f/4 Macro R LM OIS WR, un combo de 2 kilos y medio frente a la placentera ligereza de la X-T30 con el XF 23mm F2 R WR que había estado usando intensamente el día anterior. Muy atrás quedaron los tiempos en los que manejaba una réflex de formato completo con un 24-70mm f/2.8, pero recuerdo que el peso del conjunto no estaba muy lejos de los 2 kilogramos… un peso idéntico al de la GFX 100 con el GF63mmF2.8 R WR, la óptica de focal estándar del sistema con la que me sentí mucho más cómodo.
El combo GFX 100 + GF 63mm F2.8 R WR es de utilización muy cómoda tanto en disparo horizontal como vertical
Aunque está claro que pocos tendrán el arrebato de salir a fotocallejear con esta cámara, la sensación es que claramente se puede sacar del estudio para una gran variedad de situaciones fotográficas. Sea como sea, en la mayoría de sesiones «de exigencia media» -sobre todo en eventos sociales- una cámara con el tamaño de la GFX 50R y con sus 50 megapíxeles de resolución, me parece una elección mucho más práctica.
¿Qué hay del estabilizador? Según los responsables de Fuji y a tenor de los varios vídeos previos al lanzamiento de la GFX 100, el diseño de un estabilizador de sensor para una cámara de formato medio ha sido una tarea heroica de los ingenieros nipones, ya que no hay precedentes a la hora de implementar este dispositivo en un captor de tamaño superior al «full frame». Los equilibrismos a la hora de encajar todas las piezas alrededor del sensor hicieron necesaria la empuñadura integrada.
El estabilizador de la GFX 100 es increíblemente efectivo y desliga la relación formato medio / trípode tan obligada en otros sistemas.
En la práctica, la estabilización combinada de ópticas y sensor permite disparos a una velocidad de obturación impensable en cámaras de formato medio. Recuerdo en la presentación de la GFX 50S en Bilbao que en mis primeras fotografías a pulso con la cámara me enfrentaba a problemas de trepidación, por aplicar la la regla de tomar las fotos a una velocidad de una fracción de segundo de al menos la distancia focal del objetivo utilizado. No problemo con la GFX 100: algunos probadores de la cámara afirmaban haber tomado fotos perfectas a 1/8. Aunque soy casi de Bilbao, yo no me atrevo a afirmar tanto: 1/15 con el GF 63mm F2.8 me parece una cifra más realista para mi pulso de segunda edad.
Estética no-retro, controles «simplificados» y diales virtuales
Muchos lo dicen y yo lo reafirmo: la Fuji GFX 100 es fea. Su apariencia no enamora precisamente, con esa silueta angulosa y con la ausencia total de los diales «clásicos» que han caracterizado -en manor o mayor medida- a todas las cámaras de Fujifilm en los últimos tiempos. Claro que, puestos a gastar tantos miles de euros en un equipo fotográfico de gama profesional, la estética pasa a un plano mucho menos relevante y la búsqueda de la pura efectividad en el flujo de trabajo, el rendimiento y calidad de imagen es lo que realmente debería importar.
Pero, ¿dónde están los diales de velocidad de obturación, ISO, compensación de exposición? Todos han pasado a la historia en esta GFX 100, que ha optado por «simplificar» su panel de control para no asustar a los fotógrafos profesionales que podrían encontrar demasiado ajeno el manejo habitual de la Serie X/GFX. Desde Fuji se dejó clarito que este no es un experimento de diseño a exportar a otras líneas de las Series X/GFX, sino que la nueva «GUI» quedaba se basaba en criterios sólo para esta cámara.
A pesar de mis reticencias iniciales con esta decisión de diseño pensando «esto no es una Fuji, es otra cosa», lo cierto es que te haces pronto con su manejo. Hay un trío de botones principales, un dial para «dummies» que selecciona vídeo, multi o foto, dos diales adicionales y funciones táctiles para cambiar todo. Con uno de los botones superiores cambias fácilmente a los diferentes modos PASM y el aro de abertura del diafragma está bien a mano en todos los objetivos Fujinon GF.
No veremos el panel de control «simplificado» de esta GFX 100 en la Serie X
Para hacer 4 fotos controladas se me hizo fácil, con un agarre sobresaliente tanto en disparo horizontal o vertical. No sé si en una sesión real de trabajo esta botonería sería más efectiva o no, pero supongo que contentará a una mayoría de usuarios. Por mi parte, prefiero los diales fujistas tan familiares para los lectores de este blog. Sea como sea, los menús de la GFX 100 son comunes al resto de cámaras de la marca y Fuji ha procurado tener un buen detalle con los nostálgicos de los diales clásicos superiores: unos diales virtuales electrónicos.
La pantalla OLED auxiliar de la parte superior es una gozada y puede verse con fondo negro o blanco. Si bien lo de los diales virtuales tiene su gracia -no sé si pasajera o no- más útil me resulta la visualización del histograma o, directamente la visualización de los parámetros de disparo con letras grandes y claras. Para este último fin prefiero delegar en la segunda pantallita OLED por debajo de la pantalla LCD principal, otra nueva ayuda que permite despejar aun más la visualización de la composición de elementos gráficos ajenos a la fotografía final.
Un gigantesco visor electrónico, único en su especie
Visores electrónicos hay muchos, cada vez más buenos y funcionales, hasta el punto que las últimas generaciones de cámaras ya no presentan saltos cualitativos tan perceptibles como en el inicio de la historia de las sin espejo.
Hasta que llegamos al visor de la GFX 100… Una resolución de 5,76 millones de píxeles, magnificación de 0,86x, una tasa de refresco de hasta 85 fps, son cosas que suenan frías en el papel, pero que al verlas con tus propios ojos se transforman en la experiencia de visualización más espectacular e inmersiva que puedes encontrarte en un visor electrónico ahí fuera. Me impresionó mucho a pesar de que no soy el mayor fan de los visores grandes, con eso de que me cuesta más «abarcar la escena con una sola ojeada». Especialmente interesante es el hecho de que es posible quitar el visor para aligerar el peso de la cámara o girarlo hacia arriba para visualizar la escena en un ángulo de 90º.
Qué nos dejamos en el tintero
Me habéis preguntado por el rendimiento del ISO y del autoenfoque: las sensaciones subjetivas y muy poco científicas son que el AF rinde como la tercera generación de la Serie X (X-T2 y compañía). Enfocando a varios puntos de bajo contraste con el GF 63mm F2.8 no encontre dudas ni imprecisiones, si bien en estas situaciones el autoenfoque no me parece el rayo que es la X-T3, a pesar de que compartan el mismo procesador de imagen. 102 megapíxeles pesan lo suyo… ¿El ruido a ISOs altos? Aparentemente, un poco mayor que el presente en el sensor de las GFX de 50 megapíxeles, todo un logro porque al redimensionar la cosa se pone muy a favor de la GFX 100.
No dio tiempo, ni las condiciones eran propicias para probar el vídeo, ni probar la conectividad, ni muchos otros análisis que tendrán que ser contados en otra ocasión.
Nota final: «¿gran formato? ¿En serio, Fuji?»
El formato medio de las GFX para Fujifilm ha pasado a ser gran formato digital, una nueva vuelta de tuerca a la invención del apelativo de «super full frame» de las anteriores cámaras de la línea que tanto dio que hablar -y tantos chistes generó- en su momento. Perdonen, señores de Fuji, pero lo de gran formato tiene que ver con Ansel Adams, cámaras enormes de fuelle y no con esta GFX 100 advenediza… Joan Girons, que es el responsable de ventas de las series X/GFX y que por su dedicación hay que valorar sus elocuentes presentaciones en su justa medida, nos vino con el discurso del nuevo gran formato digital. Enseguida empecé a abroncar la bilbainada de Fuji y se me unió con más motivos de indignación Jorge de la revista Super Foto, un veterano redactor con mucho más bagaje en fotografía química que un servidor. Ante nuestras previsibles protestas, Joan nos contestó que estamos en la era digital, que los nombres de los formatos han cambiado y que no tiene sentido usar los de la época de la película química. Y antes de que nos encendiéramos más sacó el ejemplo del «full frame» que, al fin y al cabo es un apelativo digital para designar el formato de 35mm de toda la vida. Y si el formato completo digital es el de 35mm, con toda la lógica del mundo, un sensor con 55mm de diagonal ha de ser «gran formato» en digital. Supongo que los responsables de márketing habrán dado unos «¡zas!» en la boca tan sonoros como fue este en varias partes del globo. Al menos a mí no se me ocurrió respuesta…
Para concluir, diré que la GFX 100 y el nuevo gran formato digital de Fuji representan un salto cualitativo enorme frente a la atestada oferta de cámaras de formato completo réflex o mirrorless. Resoluciones impensables para otros sensores, peso no muy lejano a las réflex full frame todavía en boga, rendimiento y funcionalidad cada vez más cerca del de las cámaras de la Serie X actuales, el legado fílmico de Fujifilm, un excelente parque óptico en aumento, el mencionado soporte de líderes del sector como ProFoto o Capture One… Todas ellas son razones sobradas para atraer a profesionales de la fotografía en busca de una calidad de imagen superior, portabilidad, funcionalidad y -aunque a algunos nos cueste todavía creerlo- un precio más asequible.
Interesantes primeras impresiones Jon, gracias por compartirlas. Seguro que la gfx100 sería una estupenda herramienta de trabajo pero muchos profesionales en este país vemos inviable una inversión tan enorme entre cámara y cristales, por mucho que reflexiones sobre su precio “ganga”.
No todos los profesionales de la fotografía tienen las mismas necesidades. No encuentro tan útiles estos 102 megapíxeles ni este concepto de cámara para BBC, por ejemplo. Sea como sea, la serie GFX está todavía en sus pasos iniciales e irá madurando con las siguientas entregas no sólo en prestaciones, sino también en rangos de precios.
A mí me gustaría saber si Fujifilm piensa convertir a las GFX en una plataforma seria para vídeo profesional y si habría posibilidad de llegar a 4k 60p el el futuro via firmware.
A mí me parece que hay limitaciones de hardware bastante grandes como para plantearse esa grabación en 4K a 60p. Aunque la GFX 100 comparte procesador con la X-T3, que sí permite ese 4K 60p, la «grandota» procesa la señal obtenida de 55mm sin recorte, algo que requiere un esfuerzo enorme de la CPU… Quizá sería viable vía firmware un modo de vídeo «recortado» que por lógica sí que podría alcanzar ese «frame rate».
Muchas gracias por la presentación. La verdad que Fuji ha hecho un gran trabajo con el sistema GFX. Yo tengo la 50S y está muy por encima de la FF pro y a la altura de otras marcas de medio formato y ciertamente a mejor precio. Las ópticas son increíbles, al menos las que tengo (63mm, 32-64mm y 110mm)
Lo dicho gracias
Gracias por tu opinión, la cual sería interesante leer un poco más ampliada por algún medio 🙂 Las ópticas Fujinon son el mejor patrimonio de la Serie X / GFX, es difícil encontrar alguna que no esté a la altura del sensor al que se calza.
«Una resolución de 5,76 millones de píxeles»
Una pequeña corrección: son puntos (dots), no píxeles, y el fabricante lo menciona claramente. Realmente la resolución de este monitor en Mpx es la tercera parte, igual que sucede con las especificaciones de la mayoría de los EVF.
Saludos
Txo