Probando la Fuji X-T2 con el Fujinon XF 50mm F2 R WR

He tenido la ocasión en la última KDD de Fujistas de realizar una buena sesión de Streetphoto con el nuevo buque insignia de la Serie X de Fujifilm, la Fujifilm X-T2, y además acompañada del nuevo objetivo Fujinon XF 50mm F2 R WR. Un equipo recién salido del horno que Fujifilm (a través de Fujistas) muy amablemente nos cedió para probar.

Como usuario de una X-T10, mi cámara habitual, la primera impresión que tuve al coger la X-T2 es la sensación de aplomo y la consistencia que desprende el cuerpo. Teniendo en cuenta el reducido tamaño de la X-T10 (idéntica en este sentido al de la nueva X-T20), era predecible esa sensación de cambio brusco en términos de robustez (no así de peso, ya que tiene un peso realmente más ligero de lo que puede parecer a simple vista).

No me detuve a probar todas las opciones en profundidad, pero los cambios más relevantes y superficiales son notorios, empezando por ese joystick, muy práctico para seleccionar el punto de enfoque o visualizar las fotos hechas. A eso hay que sumarle una característica heredada de su antecesora la X-T1, como son los diales de ISO y tipo de medición, no presentes en otras gamas de la Serie X y que agilizan muchísimo el ajuste de dichos parámetros. Otra característica que también pude probar de primera mano es esa doble ranura para tarjetas SD, que puede antojarse muy útil para los que disparan en RAW+JPEG simultáneo, así como para tener un almacenamiento extra y evitar el tener que ir cambiando y guardando tarjetas.

Otro punto que llama la atención es su rapidez de enfoque, sobretodo teniendo equipado un objetivo de nueva hornada como el XF 50mm F2 R WR. En condiciones de baja luminosidad podemos ver como el enfoque no vacila ni un segundo, es rápido y preciso, y se nota realmente el avance que ha habido respecto a generaciones anteriores.

Cabe señalar también que el día de prueba fue lluvioso, por lo tanto el equipo se mojó, consciente yo de que es resistente al agua tanto el cuerpo como el objetivo. Como era de esperar no sufrió el más mínimo problema, siendo este un punto muy a tener en cuenta y que nos puede evitar cualquier susto cuando la climatología es adversa.

Valorando ese nuevo objetivo de 50mm, que junto a la X-T2 resulta en una combinación muy bien compensada y estéticamente agradable, cabe señalar algún handicap normal ya mencionado, como es el enfoque a máxima apertura, que en según que condiciones puede ser algo “blando” o requerir demasiada precisión por nuestra parte, si bien es cierto que yo lo puse a prueba haciendo fotografía de calle con sujetos en movimiento y tampoco se pueden pedir milagros. Quizás a f4 es cuando obtenemos una nitidez notable sin perder el siempre apreciado bokeh. Y hablando de bokeh, hay que mencionar que a pesar de no llegar, por motivos obvios, a la excelencia del Fujinon XF 56mm F1.2 R, no deja de ofrecer un desenfoque muy atractivo para no tener una apertura extremadamente abierta. Parece claro que este objetivo se puede convertir sin duda en el “retratero” ideal para los que busquen portabilidad, con permiso del 35mm f2, que también sorprendía por su buen desenfoque. En realidad, este nuevo 50mm f2 podríamos decir que tan solo se diferencia de sus hermanos (los recientes XF 23mm F2 R WR y el XF 35mm F2 R WR) por el rango focal, teniendo sus mejores bazas en su rapidez de enfoque y sobretodo en su tamaño contenido. Es de agradecer que con estas tres nuevas ópticas haya quedado una remesa de objetivos muy homogénea y que para decidirnos por uno solo tenemos que valorar la distancia focal que más nos interese.